El Guaire es un pequeño río que recorre de oeste a este la ciudad de Caracas, nace en los Altos Mirandinos, específicamente en la confluencia de los ríos San Pedro y Macarao, sus aguas en la actualidad enfrentan grandes problemas de contaminación a causa de diversos factores, entre ellos, la disposición final de desechos sólidos e industriales, la elevada densidad poblacional y la descarga de aguas servidas lo han convertido en un caudal de 72 Km de contaminación en su máxima expresión.
El Proyecto Guaire tiene su origen en el año 2006, esta iniciativa se inscribe en el marco del derecho a un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado consagrado en el artículo 127 de nuestra Constitución, en armonía con los planes de ordenamiento territorial fijados por el Ejecutivo en la ciudad de Caracas. La rectoría del proyecto es liderada por la Dirección General de Equipamiento Ambiental, adscrita al Viceministro del Agua del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, se estima que para el año 2014 culmine su ejecución, plazo que a todas luces resulta muy corto para cumplir con su principal objetivo, lograr su saneamiento.
El trabajo primordial consiste en la recolección de las aguas servidas proveniente de los barrios, sin embargo, éstos no son los únicos que contaminan el río, existe también una cantidad importante de aguas servidas que proceden de edificios, urbanizaciones y zonas industriales, las cuales no están conectadas a los colectores principales; la idea es que todas estas 14 mil toneladas que llegan al río cada segundo sean canalizadas a través de unos colectores ubicados por debajo de su canal natural.
En la actualidad, el proyecto se encuentra en su segunda fase, la cual consiste en lograr la recolección de al menos un 95% de las aguas servidas. Sin embargo, existen varios obstáculos por superar, en primer lugar destaca la influencia de las alteraciones climáticas, en el año 2008 se presentaron fuertes precipitaciones que entorpecieron las labores en la construcción de colectores, muchas veces generando consecuencias que escapan de la intervención del hombre. En este orden de ideas, el río ha soportado los efectos causados por el crecimiento poblacional acelerado que ha sufrido Caracas desde 1930; quebradas emblemáticas como Caricuao, Carapita, El Algodonal, La Vega, Caroata, Catuche y Anauco entre otras; sirven de afluentes al río y justamente de ellas dimana la mayor carga de agentes contaminantes.
El grueso de la población concentrada en parroquias que van desde Sucre a Petare, hacen que el éxito de este proyecto dependa mayormente de la conciencia ciudadana más que de cualquier otro aspecto técnico, por tal motivo, se incorporó al proyecto el acompañamiento social que consiste en la participación de las comunidades organizadas como factor preponderante en la toma de decisiones, a través de mesas técnicas de agua y de los consejos comunales, una labor que en mi opinión debe contar con el apoyo de otras organizaciones públicas y privadas en la búsqueda de soluciones orientadas a evitar que el río sea el destino final de cantidades ingentes de basura, aguas servidas, desechos industriales y hasta restos de animales.
En este orden de ideas, Ministerios como Obras Públicas y Vivienda, Comunicación e Información, Cultura, Educación, pudieran coadyuvar con la ejecución de este proyecto actuando en el marco de sus competencias; una propuesta sencilla sería desplegar una campaña de información masiva a través de todos los medios de comunicación atado a un programa de educación ambiental permanente en todas las aulas de la ciudad, principalmente dirigido a la siembra de valores hacia los niños y niñas orientadas a fomentar y promover conciencia ambientalista y sentido de identidad y pertenencia para el disfrute pleno de la ciudad en un futuro no muy lejano.
Desde sus inicios hasta la actualidad se han mostrado algunos avances como la instalación de una planta de tratamiento de aguas servidas, ubicada en el sector El Chorrito, Los Teques (edo. Miranda), con el objeto de mitigar los niveles de contaminación en el Río San Pedro, atacando el problema desde el mismo punto de partida, también se han construido 29 mil metros lineales de colectores (herramientas destinadas a canalizar las aguas servidas) que van desde 10 hasta 61 pulgadas de diámetro; si bien es cierto que los trabajos de drenaje de las aguas servidas disminuirán el cauce del río lo importante es destacar que por el Guaire correrá solo agua limpia proveniente de los ríos Valle, San Pedro y Macarao.
No obstante, estos esfuerzos desarrollados por un valioso equipo de profesionales deben contar con el soporte social de todas las comunidades adyacentes a todo lo largo del río que totalizan en promedio alrededor de unas 3 millones de conciencias; una prueba nada sencilla pero no imposible de lograr, si se cuenta con el apoyo coordinado de todos los actores que nos atrevemos a soñar con una Caracas ecológicamente equilibrada para nuestras futuras generaciones.
En este proceso de saneamiento se debe trabajar conjuntamente con autoridades del gobierno local en las funciones de difusión y concienciación; resaltar las competencias atribuidas a las alcaldías en cuanto a la capacidad de organización comunitaria, en este sentido, municipios como Libertador, Baruta, Chacao, Sucre, Carrizales, Guaicaipuro y Paz Castillo, entre otros, deben orientar sus esfuerzos en implementar políticas ambientales que marchen en armonía con la sostenibilidad del saneamiento propuesto. De tal manera que el Estado debe garantizar control previo y control posterior por parte de todas las autoridades, y la única alternativa de lograrlo es concibiendo esta iniciativa como un proyecto integral que logre acumular la mayor cantidad de voluntades bajo la premisa constitucional del principio de corresponsabilidad ambiental pues, sin el apoyo de las comunidades, este proyecto no será más que una quimera condenada al fracaso.
German José Mora Medina