Los pensionados y jubilados de CVG Bauxilum tomaron la sede del edificio administrativo de la factoría, en Ciudad Guayana, para exigir la cancelación de sus retribuciones mensuales.

Juan León, presidente de la asociación Ajupeba que agrupa a los trabajadores pasivos de Matanzas y Pijiguaos, informó que este 1 de mayo les llegó sin un bolívar en el bolsillo lo que les causa gran indignación, puesto que durante años dieron lo mejor de sí a la compañía.

Luego de horas de espera, consignas y discusiones pacíficas lograron ser recibidos por Jesús Calvo, presidente de Bauxilum, quien se comprometió de palabra a sacarles el pago para hoy al final de tarde si Venalum cancelaba una factura pendiente, puesto que en las finanzas de la empresa no hay ni para cancelar a la nómina gerencial -que tampoco ha cobrado el sueldo- ni a los jubilados.

Los pagos a los trabajadores pasivos son mensuales, a diferencia de los activos que reciben cada 15 días el fruto de su trabajo.

Abuelos con calamidades
“Nosotros no sólo nos estamos muriendo de hambre, por nuestra edad y por la condición de enfermos ocupacionales que tenemos la mayoría, también nos estamos muriendo por la falta de medicinas. Ya en 5 años hemos perdido a 32 compañeros, y esa es otra lucha que tenemos porque a los sobrevivientes no les quieren dar la pensión”.

Héctor Botini, jubilado de Los Pijiguaos, comentó “vivimos en una constante incertidumbre, que se ha convertido en una agonía permanente porque estamos siempre en esta lucha, una lucha que no propiciamos pero que nos ha perseguido y nos ocasiona un stress inmenso que posiblemente sea contributivo de la cantidad de muertes aceleradas por los procesos de presión a los que nos hemos visto sometidos”.

Añade el trabajador pasivo que prestó 36 años de servicio “no tenemos culpa de esa situación y no nos gusta continuar en esta situación indigna, vergonzosa. Deberíamos tener tranquilidad y calidad de vida, y no esto que estamos padeciendo, tenemos muchos problemas, con las clínicas, con las medicinas de precios elevados, y hablo en nombre de todos los jubilados porque somos en la cadena de personal los más débiles y no lo merecemos”.

Por su parte Ángel Odremán, jubilados con 21 años de servicio, considera que como jubilados están sometidos a grandes vejámenes. “En otros países a los empleados los jubilan como una compensación a los años de servicio, aquí no. Nos jubilan y debemos estar como mendigos, esperando que nos den una pírrica pensión”.

Por si fuera poco Odremán va a cumplir dos años fuera de la planta y aún no le han pagado ni las prestaciones ni la liquidación. “No entiendo qué es lo que ofrecen al trabajador después de pasar su vida matándose en una empresa”. (Correo del Caroní, 04.05.10, http://www.correodelcaroni.com/content/view/152155/149)

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