Un pequeño bulto en su vientre se descubre entre los pequeños brazos que intentan ocultarlo. Su mirada y rostro bajo guardan cierta pena. La adolescente quisiera que no la miraran y mucho menos la juzgaran. Suficiente pena siente que luego de que su madre la botó de su casa porque salio embarazada a los 14 años. Hoy tiene siete meses de embarazo de su segundo hijo y el padre de la criatura no esta junto a ella en la maternidad de Hospital Cuatricentenario. 

Analí  es sólo una de las tantas adolescentes que hacen de Venezuela el país con mayor índice de embarazos precoz en América del Sur, donde de cada mil nacidos el 73.1 por ciento son embarazos no deseado, según el informe publicado por la Organización Iberoamericana de la Juventud (OIJ). Este documento señala que América latina es la zona donde más se ha incrementado el embarazo adolescentes en los últimos 30 años. 

En el territorio nacional, 98 mil de los niños nacidos son hijos de mujeres entre 15 y 19 años, de acuerdo con la Organización  Panamericana de la Salud. En otro documento de este organización se muestra a Latinoamérica y el Caribe como el continente con mayor porcentaje de embarazos precoces del mundo  con 16.3 por ciento, seguido de África con 15.8 por ciento y Norteamérica con 12.2 por ciento. 

Sólo en el Hospital Cuatricentenario del Estado Zulia se recibieron, durante el 2009 a cuatro mil 945 niños, de los cuales mil eran de madres adolescentes y de las que a 283 hubo que practicarles cesárea. 

Azalía Salas, ginocobstetra, precisa que para cualquier mujer el embarazo es un milagro de la vida, pero para una adolescente puede ser el fin del mundo, debe aceptar que su cuerpo se transformara sin que ella lo desee, sino que además tiene que soportar las críticas y consecuencias que deberá aguantar sin derecho a levantar la voz. 

Salas indica que el cuerpo de una adolescente no tiene la madurez necesaria para tener un bebe, y también existe inmadurez psicomotora, biológica y emocional. 

La especialista puntualiza que muchos de los embarazo precoses tienen su razón en la falta de información y comunicación entre padres e hijos “es importantísimo que hablen de sexualidad a la edad que sea. Cuando surja la primera pregunta sobre el tema, el padrea debe hablar con sinceridad del sexo y los métodos anticonceptivos, adaptándolos a su nivel de educación”. 

La ginecobstetra señala que mientras menos se converse del tema del sexo, más curiosidad tendrán los jóvenes por experimentar aquello que parece tabú. No obstante señala que existen otros indicadores como la pobreza, antecedentes de embarazos adolescentes en la familia, perdida de la figura paterna o materna que inciden directamente en que estas situaciones se den. Augura que si no se incrementan las medidas preventivas en el país, los casos seguiran en ascenso y Venezuela seguirá liderando la lista de embarazos adolescentes indeseados. (La Verdad, 11.05.10. cuerpo B, pagina 3) 

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