En Corobore, al noreste de Siquisique estado Lara, la situación no ha cambiado mucho desde aquel 27 de noviembre pasado cuando un sismo magnitud 5.6 les estremeció provocando serios daños en escuelas, caminos y humildes viviendas.
Transcurridos casi seis meses de aquel fenómeno los habitantes de caseríos como Corobore Arriba, Corobore Abajo, La Sabana, Tamuraye, Tamboral, Oreganal y otros de la zona están prácticamente habituados a los remezones de la tierra, afortunadamente de menor intensidad, aunque no se acostumbran a la indiferencia como los funcionarios de diferentes organismos les han tratado.
A excepción de un patrol enviado días después del movimiento sísmico más fuerte y unos cisternas las familias campesinas de la zona no han recibido nada, especialmente en materia educacional, como lo informó Oscar Cordero, dirigente social de la región, quien ha recibido amenazas por parte de algunos funcionarios en desacuerdo con sus denuncias.
«Aquí las escuelitas siguen igual que cuando el temblor. Los niños de La Sabana y de Tamuraye siguen sin clases normales porque nadie dice nada si las van a reparar o van a hacer unas nuevas», dijo Cordero sumamente preocupado.
A tal extremo ha llegado la negligencia que en la escuelita de Tamuraye aún están sobre los pupitres los bloques de las paredes que cayeron con el temblor y la de La Sabana sigue cerrada.
-¿Y dónde reciben clases los niños?
-Bueno en casas prestadas.
Explicó que una comisión de FEDE estuvo en la zona y se percató de la situación pero no han hecho nada, y en cuanto a la Alcaldía de Urdaneta, como si no les importara.
Según manifestó, alguien en representación de la Gobernación les prometió determinada cantidad de dinero para reparar los pequeños centros educativos.
«Ellos ofrecieron la plata para reparar las escuelas. Ahora falta que eso no se quede en promesas por la campaña electoral», dijo Cordero.
Mientras tanto, 23 niños de Tamuraye, 19 de La Sabana, 18 de Corobore Abajo y 46 de Corobore Arriba reciben clases en inmuebles improvisados, algunos averiados por los movimientos sísmicos gracias a la solidaridad de los docentes que no desean verlos perder el tiempo.
Con respecto a un plan habitacional anunciado por el alcalde de Urdaneta para la zona, todo se quedó en simple demagogia por lo cual los afectados por los temblores han tenido que reparar aquellas viviendas afectadas para no estar a la intemperie.
-¿Ha seguido temblando?
«Ha seguido temblando, pero más suave. Ya como que nos estamos acostumbrando, pero seguimos esperando al gobernador Henri Falcón. (El Impulso, http://www.elimpulso.com/pages/vernoticia.aspx?id=103751)