Muchos gobiernos han intentado cambios el rumbo y favorecer al pueblo mejorando las condiciones existentes, fomentando la producción, mediante una alianza con el sector privado y los trabajadores. Otros, como el de Venezuela, piensan que hay que destruir todo lo existente para con ello rehacerlo sobre nuevas bases, donde el Estado sea el gran monopolista y propietario de los medios de producción.
Esa creencia es la que permite explicar el proceso masivo de destrucción de las capacidades productivas de Venezuela, cuyas principales víctimas son la agricultura y la industria. Miles de hectáreas que eran asiento de actividad agropecuaria floreciente, como el Hato La Marqueseña hoy languidecen víctimas de la depredación.
Han sido los productores del campo azotados por una especie de odio visceral de funcionarios y burócratas que desde Caracas y en cómodas oficinas piensan que pueden ordenar la producción de rubros agrícolas sin tomar ven consideración la opinión de la gente que toda su vida ha trabajado en el campo.
Así, se explica las caídas en la producción de maíz, arroz, azúcar, caraotas, hortalizas, entre otros productos. Venezuela que fue un exportador de arroz ahora tiene que importar parte de lo que consume y también está a punto de comprar al exterior café, tradicionalmente producido y exportado por nuestros agricultores.
En cuanto a la carne y la leche, ha sucedido algo similar, la producción ha caído el Gobierno se ha visto obligado a importar, parte de la cual se ha podrido en los contenedores de Pdval. Pero este clima de destrucción está incompleto si no se toma en cuenta la gran cantidad de venezolanos jóvenes y adultos que están abandonando al país porque no ven claro su futuro. Unos por inseguridad personal y otros porque no consiguen trabajo. Y lo peor es que parece que el Gobierno se contentara con el hecho de que parte de los jóvenes bien capacitados quiera irse del país. La principal riqueza de una nación reside en sus habitantes y cuando estos empiezan a buscar otros horizontes donde vean mejores oportunidades ello es indicativo de que las cosas no andan bien en el país.
Un Gobierno responsable debería crear incentivos para que la gente se quede en Venezuela, llamar a todos los sectores a trabajar en conjunto en lugar de crear tanto odio y división entre su gente.
José Guerra
Publicado en Últimas Noticias