La saña se desata sin sentimientos que la detenga. Esa misma experiencia la sufrieron hace pocos días nuestros indígenas venezolanos ejecutada por fuerzas de seguridad de un gobierno que se afirma preocupado por dignificar a los pueblos indígenas
La saña se desata sin sentimientos que la detenga. Esa misma experiencia la sufrieron hace pocos días nuestros indígenas venezolanos ejecutada por fuerzas de seguridad de un gobierno que se afirma preocupado por dignificar a los pueblos indígenas

Dos pueblos distintos en cultura, y geográficamente bastante distanciados, poseen un aspecto en común: La violencia desatada contra ellos incluye la destrucción de sus viviendas. Los palestinos han sufrido durante años una inhumana política del Estado de Israel basada en destruir las viviendas de personas presuntamente involucradas en actos de terrorismo contra Israel o de resistencia a los operativos militares de dicho país.

De esta manera, cientos de familias son dejadas a la intemperie sin importar que esto afecte a niños, niñas y personas de avanzada edad o enfermas. La saña se desata sin sentimientos que la detenga. Esa misma experiencia la sufrieron hace pocos días nuestros indígenas venezolanos ejecutada por fuerzas de seguridad de un gobierno que se afirma preocupado por dignificar a los pueblos indígenas. En la Sierra de Perijá, estado Zulia, las comunidades indígenas Yukpa de Shaktapa y Guamo Pamocha, ubicadas en la Cuenca del río Yaza, vienen siendo víctimas desde el pasado 13 de octubre de una descomunal violencia de organismos de seguridad del Estado que incluyó la destrucción de varias viviendas indígenas. Esa misma práctica han usado terratenientes que se oponen a una justa demarcación de las tierras en los territorios que pertenecen a los Yukpas.

Es lamentable que eso ocurra y no se levante ninguna voz en la Asamblea Nacional de la representación parlamentaria indígena. Esa misma bancada que se solidarizó con razón con las recientes luchas del pueblo palestino hoy calla ante hechos que se asemejan a los sufridos por aquellas familias árabes. Pero así como los palestinos, que pese a tanto sufrimiento no han dejado de reclamar lo que consideran justo, con seguridad tampoco podrán doblegar la resistencia de los yukpas a que se les imponga, desde el Ministerio de Pueblos Indígenas, una demarcación de tierras que no los beneficia. Por fortuna los yukpas no están solos.

Organizaciones sociales tanto nacionales como internacionales han expresado su solidaridad.

Cuentan con el apoyo desde hace varios años de la organización Homo Natura y de personas de la calidad y perseverancia del profesor de la Universidad del Zulia Lusbi Portillo, del Frente Nacional por la Defensa del Agua y la Vida. La propaganda de ciertos medios oficiales pretende tergiversar los hechos de violencia ocurridos recientemente en la comunidad Yukpa y ocultan las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas paradójicamente en momentos en que se realizaban actos oficiales para celebrar el día de la resistencia indígena.

Marino Alvarado
Coordinador General de Provea

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