Las prioridades parecen otras. Ayer comenzó en La Guajira -y demás zonas afectadas en el estado- el censo para determinar cuántas familias quedaron sin casa tras las inundaciones de hace dos semanas. La orden viene del Gobierno nacional, que iniciará un plan de reconstrucción de viviendas en la subregión. Entretanto, la recolección de los animales muertos sigue en segundo plano.

Todavía no se ha conseguido un helicóptero con el Ejército Nacional, solicitado para sobrevolar la zona y determinar dónde se encuentran los cadáveres. Tampoco se cuenta con los remolques para trasladar las lanchas que quedaron varadas en medio de las calles, necesarias para llegar hasta los cuerpos ya que por vía terrestre es casi imposible recuperarlos todos.

El Instituto Municipal de Desarrollo Agropecuario (IMDA) da cuenta de cerca de ocho mil decesos, en su mayoría ganado ovino y caprino. La Alcaldía sigue trabajando con “las uñas”, aún en espera del apoyo requerido. “El problema no se ha atacado a fondo. La cantidad de animales muertos es muy alta y no cubre nuestra capacidad”, reconoció Hebert Chacón, alcalde de La Guajira.

Representantes del Instituto Municipal del Ambiente (IMA) inspeccionaron el 16 de diciembre varias zonas en Paraguachón donde se puede hacer la fosa común para enterrar los cadáveres. “Por ahora sólo estamos atendiendo las llamadas en las que nos alertan de la presencia de cadáveres en determinadas zonas; y los recogemos si se puede por vía terrestre”, comentó Jorge Barrero, presidente de IMA-Guajira.

En riesgo
La situación sólo tiende a agravarse. Hasta tanto no se ubiquen los cadáveres es imposible esclarecer las causas de muerte e identificar las situaciones de riesgo en los humanos. Las lluvias han cesado y la acción del sol sólo acelera el proceso de descomposición de los cuerpos sumergidos en el agua, principal medio de transmisión de bacterias y microorganismos.

Dionel García, director de la Policlínica Veterinaria Universitaria, explicó que existe un riesgo de propagación de enfermedades zoonóticas (trasmisibles del animal al hombre), como la leptospirosis y brucelosis, que pueden ser mortales.

“Muchos de los animales muertos pudieron llegar al mar a través de la corriente de los ríos, lo que es positivo porque allí se los comen los tiburones. Pero otra cantidad importante quedó en la zona, en la sabana o atrapados entre los árboles”.

“El riesgo no sólo se limita a La Guajira, ya que los afectados por las lluvias se están desplazando a municipios foráneos y no sabemos que patologías puedan presentar”.  (LaPatilla; 17.12.2010)

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