“Es obligatorio, en las normas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que las denuncias lleven el nombre de la supuesta víctima, las circunstancias, los datos, etcétera. En toda esta serie de cosas (denuncias y acusaciones) se ha hablado de fantasmas. No se ha hablado de ni un solo caso concreto…La Comisión Interamericana requiere que las denuncias estén sustanciadas, que no sean etéreas, sin nombres ni apellidos”.
“Se dice que hay cantidad de violaciones, de detenciones, pero hay que sustanciar, además de manera probatoria, no meramente presuponer o afirmar”.
Así lo reclamó este jueves el escritor venezolano y representante de Venezuela, Luis Britto García, en una audiencia de la CIDH en la ciudad de Washington, donde refutó las supuestas evidencias de violaciones de DDHH y presunta restricciones a la libertad de expresión, todas basadas en informaciones seudoperiodísticas de medios privados, claramente opositores.
“¿Cuántos medios hay en Venezuela?…Eso demuestra que no hay restricción en Venezuela”, recordó sobre la cifra que a veces triplica lo que existía en 1998. “Significa que nuestros medios están en continua expansión”.
Britto García calculó que, si se le asignaran 20 comunicadores por cada medio privado que exige en Venezuela acceso ilimitado a las fuentes oficiales, resulta que hay una cifra de 30 mil comunicadores sociales que pretenden entrada libre a cualquier actividad oficial.
“La propia Convención Interamericana de DDHH dice que hay un conjunto de elementos por los cuales, por seguridad del Estado, entre otras razones, se puede restringir información. No hay ningún Estado de la tierra en la que cualquier información se le tenga que rendir, obligatoriamente. Si quieren pregúntenle al presidente (de EEUU, Barack) Obama, que está aquí cerca”, a ver si recibiría a quien quiera preguntar sobre cualquier tema que inquietan a la humanidad.
“¿Cómo hace un funcionario para garantizar que todos (los periodistas) estén presentes en actos o declaraciones? ¡Si encuentran cómo resolverlo, por favor díganlo!”, espetó.
Sobre las quejas de las cadenas presidenciales, que según la oposición son un tipo de abuso, Britto García fue contundente:
“¡Señores, en Venezuela hay cadenas, muy fastidiosas, muy pesadas. Los medios privados se encadenaron para favorecer al golpe de 2002. Eso fue una cadena, se encadenaron para negarle información al pueblo venezolano! (…) En diciembre (de ese año) se encadenaron cerca de 3 meses consecutivos. ¿¿Cuánto significa el encadenamiento de la inmensa mayoría de medios venezolanos que en esa época solo había pocos favorables al gobierno?. El sector privado controlaba y controla cerca de 90%”, recordó.
-¿Cómo van a decir ustedes que hay exageración en las cadenas (presidenciales), si hay una cadena permanente de medios que se han proclamado patidos políticos poseídos privadamente?
El escritor venezolano leyó ejemplos del expediente contentivo de muestras de prensa y transcripciones de programas donde los voceros arremeten contra la figura presidencial en todos los tonos, además contra los Poderes Públicos en general, y especialmente en esta época de elecciones, contra el Poder Electoral y su plataforma automatizada, el más seguro del mundo.
¿En qué país hay titulares de esta índole, insultos, agravios, amenazas de medios privados. Se dice que el presidente es dictador, tirano; repito: en qué país que haya restricción a la libertad de expresión puede decirse todo esto, sin que haya consecuencias para los comunicadores?”.
Britto Gracía recordó las investigaciones de Marcelino Bisbal, un académico venezolano de gran reputación, que midió las actitudes de la prensa y encontró que en más de un centenar de casos, solo dos eran “aproximadamente” equilibrados.
Otra investigadora encontró que la proporción de mensajes favorables a la oposición política en los medios privados (prensa, tv y radio) era muy superior a la cantidad favorable al gobierno, que publicaban los propios medios oficiales.
¿Hay o no desproporción, desequilibrio, desbalance informativo en eso? Hay que ver la cantidad de radioemisoras que todos los días y a cada momento hacen ataque continuado contra toda política del gobierno y poderes públicos en el ejercio de la libertad de expresión”. (VTV, 02.11.12)