La fecha, aunque simbólica, bien podría significar el punto de partida de un proceso de reunificación, en que el movimiento laboral volvió a mirarse en la diversidad.
Se trata del diplomado en derechos humanos para trabajadores y dirigentes sindicales auspiciado por la Universidad Central de Venezuela (UCV), la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB-Guayana), el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) y el Instituto para el Desarrollo de la Gerencia Económica y Sociolaboral (Ideges) que concluyó este 14 de noviembre en Guayana con la participación de 50 trabajadores.
Durante cuatro meses el grupo de dirigentes, tanto veteranos como jóvenes trabajadores, se reunieron en fines de semana para analizar y obtener herramientas en el uso de redes sociales, economía, derechos humanos, situación de Guayana, panorama latinoamericano y elementos legales.
No se trata de cualquier hecho si se sitúa en el contexto polarizado que, en los últimos 10 años, dividió al movimiento de trabajadores y los hizo correa de transmisión del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Reunificación
Este encuentro plural adquiere significancia precisamente por estos antecedentes. Hace unos años, concentrar a dirigentes sindicales y trabajadores en una universidad como la UCAB, era casi impensable.
El devenir de la historia reciente ha dejado a flor de piel la necesidad de formación y, en gran medida, la orfandad del movimiento de trabajadores ante la concentración de poder en centrales sin legitimación pero amparadas desde el Ejecutivo.
Por eso ver a dirigentes como Rona Figueredo, que hasta 2011 fue coordinador de la dirección de salud del Instituto Nacional de Prevenciones, Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel) en Bolívar, al lado de Rolando Muñoz que militó en el PSUV, Denny Sucre de Alcasa, Alejandro Álvarez, uno de los promotores de la nacionalización de Sidetur, trabajadores de Alcasa, Sidor y sidoristas veteranos como Yunis Hernández, no era ni es un asunto cualquiera en medio de la desfragmentación
Todos convocados a una tarea: reaprender a mirarse en las dificultades del otro y construir a partir de allí una plataforma de solidaridad aún débil en el país.
Los retos
El espacio deja a los trabajadores las puertas abiertas para concentrarse en la formación despartidizada, que tanto reclaman en las bases. Unidos somos más fuertes era una de las consignas que al cerrar el taller compartían como conclusión.
La experiencia, replicada en Carabobo y Caracas en simultáneo, también ha perfilado en las casas de estudio e instituciones la necesidad de profundizar sus esfuerzos en multiplicar la experiencia y construir a partir de allí el tejido social que tanto requiere el país.
Por lo pronto, los formados trabajan en la constitución de una Unidad de Acción Sindical que busca ser, ante todo, una plataforma de encuentro y emprendimiento de acciones para profundizar en la defensa de las garantías laborales. (Correo del Caroní, Clavel Rangel)
