Todo empezó la noche del sábado 26 de abril. Habíamos ido al cine con los niños y pocos minutos después de habernos separado, mi mamá me llama por teléfono para avisarme que llegó a su casa el SEBIN con una orden de detención para mi papá y el inmueble está tomado por los funcionarios, a la espera de una orden de allanamiento. Así, sin más pruebas e investigaciones, sin presunción de inocencia, solo por el testimonio anónimo de un patriota cooperante, un señor de 63 años, su esposa, hijas y nietos hemos cambiado radicalmente nuestras vidas.
Esa madrugada, luego de haber estado presentes en el allanamiento, mi mamá, mi hermana y mi cuñado acuden al Helicoide a firmar las actas de lo ocurrido durante las pesquisas. Aprovechan para llevarle a mi papá insumos básicos como ropa de cambio, cepillo de dientes. Cuando van a irse, los funcionarios dicen que mi mamá también queda detenida. Es la segunda violación a cualquier procedimiento judicial ajustado a derecho, porque sobre ella no pesaba ninguna orden de detención.
El calvario del día siguiente: entender qué estaba pasando, llevarles comida, sábanas, ropa al SEBIN, contener la angustia de los niños, buscar asesoría legal… Pero eso no fue todo, porque el domingo 27 de abril fue allanada la casa de mi hermana en Santa Inés. Se incautaron computadoras, teléfonos y todo aquello que pudiera grabar información o navegar por internet. Nuevamente la angustia, cuando mi hermana y mi cuñado acudieron al SEBIN a rendir declaraciones, pero afortunadamente no hubo más detenciones.
El lunes 28 tenía que realizarse la Audiencia de Presentación. Y mientras pasábamos las horas entre el Helicoide y el Palacio de Justicia para saber si los trasladaron, si habría audiencia, etc., fue allanada la pequeña agencia de viajes en Chacao que ha sido el negocio de la familia desde hace más de 30 años. Mi tía, de más de 70 años y sus empleadas fueron llevadas al SEBIN y sus pertenencias personales también fueron incautadas, además de las computadoras y libros contables de la agencia. Ese día la Audiencia de Presentación fue diferida.
Finalmente, la audiencia se realizó el 29 de abril y duró largas horas. Durante el transcurso del día nos enteramos que un estudiante al que no conocíamos, Douglas Morillo, estaba en la misma causa de mis padres, en supuesta “asociación para delinquir”. Después de los alegatos de la Fiscalía y de los defensores, durante el receso que tomó la juez para dictar sentencia, salió el Presidente Maduro en cadena nacional de radio y televisión hablando de “el aviador”, supuesto cerebro de las guarimbas. El poder judicial acababa de recibir una orden directa por TV. Salimos del Palacio de Justicia pasadas las 9 de la noche y el resultado de la audiencia fue el siguiente: medida privativa de libertad para Rodolfo González y Douglas Morillo, medida cautelar con presentación cada 30 días para Josefa de González.
Durante los 5 meses que han transcurrido desde esa fecha, nuestra vida es otra. A las penurias que sufrimos todos los venezolanos como la inflación, la inseguridad o la escasez, se suman la preocupación constante por la salud de mi papá y las visitas cada semana al SEBIN. Nuestros niños han perdido un poco de su inocencia, visitando a su abuelo preso. Los desperfectos en las tuberías del baño o en el aire acondicionado no las asume ningún ente público, así que de nuestros bolsillos (y de los demás familiares de los presos) ha tenido que salir dinero para que sus condiciones de vida sean las mejores. Y, a pesar de que en el expediente del caso se admite que “no hay evidencia criminalística”, los equipos y documentos de Ovnitours (ni los de mi hermana y su familia) han sido devueltos. Más aún, desde el día del allanamiento a la agencia se le revocó la autorización para vender boletos de las aerolíneas nacionales públicas. Una violación más: una pena que no aparece en ningún código, que se aplica a una empresa que ni siquiera tiene un proceso penal abierto.
Después de muchos diferimientos, ayer concluyó la Audiencia Preliminar. En la causa ahora están incluidos Renzo Prieto y Yeimi Varela, a quienes solo conocimos después de sus detenciones. La juez dictaminó que todos deben ir a juicio, todos mantienen las medidas privativas de libertad. Y ahora debemos esperar que se asigne un tribunal de juicio para que se inicie el proceso.
Hemos recibido a lo largo de estos meses innumerables muestras de apoyo de familiares y amigos, pero también la solidaridad anónima de mucha gente que recolecta productos escasos para llevar a los presos (desde jabón de tocador hasta papel toilet), que hace comida para llevarles alimentos nutritivos y variados, que les envía sus cartas de apoyo. A toda esa gente que día a día se ocupa de su aporte, por pequeño que sea, va nuestro agradecimiento. Pero hoy publico esto en la web porque es necesario no olvidar que siguen aun muchos venezolanos en las cárceles sin haber cometido delito alguno. Y cuando no hay estado de derecho, ni independencia del poder judicial, cualquiera puede ser víctima. (Lissette Gonzalez, 06.10.14, http://conjeturasparallevar.blogspot.com/2014/10/un-abuelo-que-es-preso-politico.html)