Hasta el último minuto Emilio Álvarez Icaza albergó la esperanza de que en el Palacio de Miraflores dieran marcha atrás a su decisión de denunciar la Convención Americana sobre Derechos Humanos y sacar así a Venezuela de la jurisdicción de la Corte Interamericana.
Sin embargo, ahora que la medida se materializó el Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana (el otro organismo del sistema encargado de vigilar, promocionar y proteger las garantías fundamentales en el continente) espera que el retiro, al cual calificó como un «retroceso» para la democracia en la región, sea temporal.
En entrevista telefónica con El Universal el sociólogo mexicano, quien cofundó junto al poeta azteca Javier Sicilia un movimiento ciudadano contra la violencia que azota su país desde hace años, aprovechó para aclarar que la decisión del Ejecutivo en nada afecta a las potestades que el organismo que preside tiene sobre Venezuela, y para asegurar que este seguirá ejerciéndolas.
«Lo que queda sin efecto es la competencia de la Corte, pero en tanto en cuanto Venezuela siga formando parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) la Comisión mantiene su competencia, es decir el Sistema Interamericano por medio de la Comisión siguen actuando en materia de casos y peticiones, medidas cautelares, informes, monitoreos y proyecto de promoción de los Derechos Humanos», soltó.
-Las autoridades han insistido que desde ayer Venezuela ya no forma parte del Sistema Interamericano, dando a entender que ni la Corte ni la Comisión pueden hacerle seguimiento a la situación de los Derechos Humanos en el país. ¿Qué dice usted?
-No, la denuncia de la Convención no implica que Venezuela se haya salido de la Comisión. La única manera en que Venezuela deje de estar bajo el mandato de la CIDH es que se retire de la OEA y por lo que tenemos entendido por la representación venezolana en la OEA, eso no va a pasar. Además Venezuela sigue atendiendo solicitudes que le formula la Comisión y por ello la Comisión mantiene su mandato y seguirá monitoreando a Venezuela.
-El Gobierno justifica su decisión en que tanto la Comisión como la Corte son «brazos» de Estados Unidos para atacarlo. ¿Usted ha recibido alguna llamada de la Casa Blanca, del Departamento de Estado o del Pentágono para que adopte alguna decisión contra el Gobierno venezolano?
-La Comisión es muy respetuosa de las observaciones y distintos comentarios de los actores del sistema (…) Podemos o no coincidir, pero lo que reiteramos es la autonomía e independencia de la Comisión ante cualquier Estado, de cualquier interés que no sea la protección de las víctimas.
Sabemos y conocemos de las críticas del Gobierno de Venezuela y la Comisión ha reiterado siempre su disposición al diálogo (…) La Comisión está abierta a la crítica, ha hecho un proceso de reforma para mejorar sus procedimientos y cambiar sus prácticas y lo seguirá haciendo.
-¿A qué atribuye las críticas entonces?
-Entendemos que la función de escrutinio y defensa de los Derechos Humanos en ocasiones resulta un ejercicio incómodo, pero también reiteramos nuestra voluntad de trabajar en políticas públicas en beneficio de los venezolanos no solo en aquellos casos que tuvieran una denuncia sino también en aquellos que pudieren resultar en un trabajo de promoción y de políticas públicas.
-Usted mencionó el proceso de reformas que la CIDH realizó el año pasado. ¿Visto lo ocurrido con Venezuela cree que fue suficiente?
-La Comisión ha hecho un trabajo muy intensivo e instructivo y lo seguirá haciendo. La reforma ha entrado en vigor y creemos que necesita tiempo para que se implemente de cualquier manera seguimos trabajando en cercanía con los Estados y las víctimas y también en materia de promoción.
Estamos claros que siempre hay oportunidades para mejorar, pero creemos que ahora hay un en torno distinto al que había hace un año, donde se sentía que el Sistema estaba en crisis, pero ahora nos parece que los Estados y los actores han refrendado su confianza él y seguiremos avanzando.
-El Gobierno asegura ser respetuoso de los Derechos Humanos. ¿Esta decisión respalda esta aseveración o más bien la contradice?
-Creemos es una señal de retroceso. Muy lamentablemente con esta decisión Venezuela se pone al lado de Estados como Estados Unidos, Canadá y algunos Estados del Caribe que o no han ratificado la Convención o la han denunciado y esto no fortalece el movimiento democrático global a favor de los Derechos Humanos.
Esto va en contra de la universalización de los Derechos Humanos, de que todos los países firmen no solo la Convención sino los demás instrumentos que existen. Sólo 20% de los 35 países de las Américas han firmado todos los instrumentos que existen en el Sistema Interamericano. Sólo siete de los 35 países han firmado todos los tratados.
-¿Por qué pasa esto ahora cuando el continente, salvo Cuba, es democrático? ¿Este tipo de controversias con las instancias internacionales no son más propias de los tiempos de las dictaduras?
-Me parece que todavía no se acaba de asumir que en democracia también se violan los Derechos Humanos ni que los mecanismos de protección de Derechos Humanos son una extraordinaria oportunidad para que los Estados perfeccionen sus democracias.
Lo que se espera de un gobernante comprometido con su pueblo y de talante democrático es que encabece la indignación cuando se produce un caso de violación a los Derechos Humanos, pero cuando encabeza la negación los problemas se reproducen, las violaciones se reproducen y se manda un mensaje pasivo de impunidad. (Juan Francisco Alonso, El Universal, 11.09.13)