La denuncia de Venezuela de la Convención Americana de Derechos Humanos puede tener un «efecto dominó» en sus aliados en la región y polarizar organismos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos (Celac) o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), alertó un analista colombiano a Efe.
El paso venezolano puede «ser el comienzo de un efecto dominó entre sus aliados en América Latina, que, al igual que ese Gobierno, se han expresado molestos con el cumplimiento de las normas internacionales sobre Derechos Humanos», dijo Vicente Torrijos, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia).
«Se ve muy clara la intención de Venezuela y sus aliados de socavar el Sistema Interamericano que apuesta por la libertad para sustituirlo progresivamente por la Unasur y la Celac», aseguró el analista.
La Convención da base legal a la Comisión (CIDH) y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), órganos de la Organización de Estados Americanos (OEA), contra la que no solo el Gobierno venezolano, sino los de Bolivia y Ecuador, lanzan sus dardos desde hace tiempo.
Torrijos dijo que, tras la decisión venezolana, a futuro se plantea «un pulso» entre Venezuela y sus aliados (especialmente Bolivia, Ecuador y Nicaragua) con Chile, Colombia, México y Perú «proclives a la libertad y a defender las instituciones de la OEA». (El Universal, 15.09.13)