Un valioso y apreciado patrimonio regional de la opinión libre, la expresión popular y la denuncia, cae ante la censura promovida por el régimen.

Representantes del circuito radial Unión Radio informaron ayer a Damián Prat, conductor del programa Público & Confidencial, que el espacio quedaba fuera de la parrilla de programación.

“Debo confirmar que hoy me notificaron en Actualidad (Unión Radio PtoOrdaz) que no se transmitirá más el programa. Injustificable”, escribió el también columnista de Correo del Caroní en su cuenta de twitter (?@damianprat), confirmando la noticia que ya circulaba en las redes sociales. Personalidades del mundo universitario, trabajadores -cuyos reclamos y propuestas hallaron un espacio libre y sin cortapisa en Público & Confidencial radio- dirigentes políticos, representantes sindicales y un numeroso grupo de guayaneses manifestaron su rechazo en la WEB a la salida del programa de Prat.

Nuestra consigna siempre fue: credibilidad ante todo. Eso sí: no somos “neutros” cuando se trata de la democracia, los derechos del pueblo y el interés superior de Guayana y Venezuela”, afirma Prat hoy en su columna.

Por nuestra parte, solo puedo ofrecer seguir luchando por este espacio escrito, el de Correo del Caroní y el de Tal Cual, en los portales digitales, directamente con la gente en su comunidad, por las redes sociales y ayudando a las luchas de Guayana y su pueblo (trabajadores, empresarios, vecinos) en cualquier medio digno, radial o de TV, donde se abra una ventana

PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.

Me notifican el cierre de “Público & Confidencial radio”en Actualidad

Tras varios días de espera -ya que pensábamos reiniciar nuestro espacio radial el pasado lunes tras el breve descanso navideño- la dirección de la emisora nos informó ayer al mediodía que no continuará en la programación de Actualidad Puerto Ordaz nuestro programa del mismo nombre de esta columna. ¿Razones? Difícil darlas para un espacio de tan alta sintonía, una de las mayores audiencias en la región y que además, para lo necesario de los costos de la emisora, era el de mayor cantidad de anunciantes entre los programas locales de Actualidad y -como me lo dijo sorprendido uno de los ‘anclas’ más notorios de este circuito a nivel nacional- muy por encima de la media nacional en volumen de patrocinantes. Pocos programas regionales tienen tantos anunciantes como lo tenía el nuestro. Porque el mensaje llegaba hondo y lejos con credibilidad. Y aunque para mí lo realmente importante es el producto social y periodístico, entiendo que al final una emisora tiene que responder por salarios y costos. En eso también cumplimos con creces. Lo explico ‘porsia’.

Difícil encontrar razones para ese cierre, dado el significado social de un programa en el que la lucha de la región por la defensa de sus empresas básicas y transformadoras, así como de los derechos del pueblo, de los trabajadores y de las comunidades, tenía un espacio preferencial. Nuestros oyentes -igual que los lectores- saben que no “guabineamos” sino que somos verticales, directos y claros, pero al mismo tiempo no decimos ni avalamos cosas irresponsables. Nunca hubo insultos ni ofensas. Solo razones responsablemente sustentadas dentro de la lógica diversidad de opiniones. Nunca fue “Público & Confidencial”, ni incoloro, inodoro ni insípido. Sin bobaliconerías. Tampoco perdió la sindéresis. Junto a Oscar Murillo, José Prat, Clavel Rangel y el invitado José Escolano la consigna siempre fue: credibilidad ante todo. Eso sí: no somos “neutros” cuando se trata de la democracia, los derechos del pueblo y el interés superior de Guayana y Venezuela.

Obviamente no fui sorprendido. Por muchos meses me llegaban mensajes de personas amigas dentro del gobierno regional y del PSUV acerca de cómo en reuniones se planteaba la necesidad de silenciar a los trabajadores -incluyendo a no pocos oficialistas- que encontraban en Público & Confidencial radio, un lugar para expresar sus protestas, denuncias y reclamos. Como se sabe, en los medios gobierneros la censura al pueblo es férrea y total cuando la comunidad lucha. En el llamado “Sistema Nacional de Medios Públicos” todo es controlado y regulado. El pueblo tiene espacio solo cuando hay alabanzas al gobierno. Nunca cuando denuncian. También nos llegaban mensajes que intentaban presionarnos a la autocensura. Incluso por twitter mediante cuentas anónimas. Y hasta por SMS al programa. Más que silenciarnos a nosotros, es quitarle voz al pueblo lo que les “quita el sueño”.

Un gobierno con vocación totalitaria no tolera la opinión libre. La persigue, la amenaza, le abre “procedimientos administrativos”. Inventa multas, ahogos y presiona. Aprieta con amenazas diversas buscando la autocensura. O directamente cierra, como en el caso de RCTV y CNB. Lo que aún hay de libertad de expresión e información es por la resistencia de unos cuantos medios de comunicación, editores, directores y periodistas con coraje y vocación por defender los principios. Muchos se han doblegado u optaron por lo acomodaticio. Otros resisten y luchan. Es parte de la lucha.

En la tarde y noche de ayer se escribieron y recibimos muchos centenares de mensajes de solidaridad y denuncia por SMS, e mails y especialmente por twitter. También en Aló Ciudadano de Globovisión a través de Chúo Torrealba. Nos abrumaron con tanta generosidad. Hemos intentado responder la mayor cantidad. Una destacada periodista de Caracas estima posible que la presión pública obligue a una rectificación, quizás discreta. Otro, en privado, nos hizo saber que haría gestiones ante la directiva luego que confirmó con ellos en Caracas que habían tomado la medida. Muchos nos han hablado de que “se abrirán otras puertas”. Por nuestra parte, solo puedo ofrecer seguir luchando por este espacio escrito, el de Correo del Caroní y el de Tal Cual, en los portales digitales, directamente con la gente en su comunidad, por las redes sociales y ayudando a las luchas de Guayana y su pueblo (trabajadores, empresarios, vecinos) en cualquier medio digno, radial o de TV, donde se abra una ventana.

[email protected]

@damianprat (en twitter) (Correo del Caroní, 11.01.13)

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