williams_castillo_sidorEl 14 de marzo de 2008 los trabajadores de Sidor fueron dispersados con bombas lacrimógenas y perdigones. La dirigencia sindical resultó detenida por la Policía del estado Bolívar (PEB) cuando arreciaba el conflicto por la discusión de las últimas cláusulas del contrato colectivo con la transnacional Ternium.

Aquel conflicto, que se extendió por más de un mes y devino en la renacionalización de la acería por decisión del presidente Hugo Chávez, significó el inicio de lo que el Gobierno denominó la gestión de la “Sidor socialista”.

Seis años después, la discusión del contrato colectivo ha destapado el desastre administrativo en Sidor. La acería opera por debajo del 30 por ciento de su capacidad instalada, faltan insumos y repuestos, el Gobierno introdujo la violencia en el sindicato, seis presidentes han pasado por la gerencia y 14 mil trabajadores reclaman un mejor salario y dicen no a una posible reprivatización de la planta.

En el dilatado conflicto por la discusión de las últimas 11 cláusulas económicas, el Gobierno ha cerrado el diálogo al Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Sus Similares (Sutiss) y a sus líderes les ha calificado de “mafias sindicales”, desentendiéndose de los errores productivos en Sidor.

Los últimos hechos confirman la poca disposición del Ejecutivo a negociar el contrato colectivo, en mora -por primera vez en Sidor- desde hace cuatro años y en discusión desde hace dos.

Ante la huelga que emprenden los trabajadores, directivos de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores se han congraciado con Maduro y amenazado con tomar las operaciones de la empresa para hacerla funcionar.

“Nosotros, los trabajadores, nos hemos comprometido -Presidente- con una brigada especial de 50 cuadros, nos vamos a movilizar porque Sidor es patrimonio de los trabajadores y de los venezolanos, y la vamos a poner a funcionar querido Presidente”, dijo el diputado y directivo de la central, Oswaldo Vera, el pasado sábado en el acto por la “revolución industrial”.

Este episodio en el I Congreso Nacional de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores dejó en claro la posición del oficialismo con respecto al conflicto en Sidor, la cual privilegia la confrontación.

“Hoy que estábamos esperando la llamada para discutir el contrato, después que firmaron el de todas las empresas, mire cómo nos recibieron hoy: con bombas lacrimógenas y balas salva”, dijo el presidente de Sutiss, José Luis Hernández, en la manifestación que emprendieron en la avenida Guayana como la única vía para lograr la mirada del Ejecutivo a Sidor.

“Presidente Nicolás Maduro, salga de Miraflores y venga a escuchar a los trabajadores que hoy lo estábamos esperando. Ese mensaje subliminal que lanzó el diputado Vera aquí tiene sus consecuencias. Están mandando bandas armadas cuando en Guayana lo que el pueblo quiere es inversión, que bajen el alto costo de la vida, que metan presos a los que están robando y que metan a la GNB en las comunidades para que desarticulen a los armados”, insistió el presidente de Sutiss.

Ante la convocatoria de un Consejo de Gobierno Popular de la Clase Obrera, los dirigentes militantes del PSUV y parte de la Central Bolivariana, José Meléndez y Leonardo Azocar, han dicho que no fueron invitados “porque saben que íbamos a tener un planteamiento fuerte allí con el compañero. Yo lo he dicho y no me cansaré de decirlo, soy chavista hasta los tuétanos, pero no vamos a dejar que nos pongan la bota militar”, dijo Meléndez.

Para este martes sindicatos de otras empresas básicas han reiterado su respaldo a los trabajadores de Sidor y han confirmado su asistencia a la asamblea de trabajadores en el portón III de Sidor. (Clavel Rangel, Correo del Caroní, 12.08.2014)

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