En su discurso de presentación de su memoria y cuenta 2009, el Contralor General de la República Clodosvaldo Russián reflexionó sobre la problemática de la inseguridad ciudadana en el país, argumentando que ante el esfuerzo del gobierno nacional en la materia no se puede mantener la tesis que la causa de la delincuencia sea la pobreza. A continuación reproducimos un extracto de su discurso en donde abarca el tema de la violencia e inseguridad, realizando algunas propuestas para su erradicación:

«Las importantes e históricas transformaciones que se vienen produciendo en nuestro país, han comenzado a romper radicalmente la hegemonía de la antigua exclusión social, a disminuir la pobreza, a avizorarse la construcción de una sociedad de participación y protagonismo ciudadanos como práctica cotidiana, al refuerzo de nuestra soberanía y de nuestra independencia como nación.

Esto ha permitido que se despejen canales de participación en el manejo y control de la gestión pública. Pero también que se comiencen a abrir y fortalecer oportunidades para el estudio, el trabajo, la salud, la alimentación, aspectos que la Organización de las Naciones Unidas ha conceptuado como mecanismos idóneos, para vencer la marginalidad.

Hoy en este contexto, según nuestro modesto parecer, no podemos continuar manteniendo la tesis de que la inseguridad y la delincuencia en nuestro país se deba a la pobreza, a la exclusión social, a las necesidades que grandes contingentes de marginados podrían tener de encontrar como fuese, aun al precio de sus vidas, del crimen y el robo, el pan que deben llevar a la casa.

El problema ya ha rebasado la justificación social, si nos atenemos a esas reflexiones acerca de las oportunidades de acceso de los ciudadanos a los diferentes mecanismos, para superar el estado de atraso y pobreza.

Reconocemos los esfuerzos de variada naturaleza que se hacen desde distintos estamentos del Estado para combatir la inseguridad, incluido el por fin comenzado sistema de policía nacional. Pero, sin menoscabo de los necesarios programas penitenciarios de redención humana dirigidos a las presas y a los presos que pagan condena, y en paralelo con cualesquiera otras medidas, las autoridades, en conjunto con los ciudadanos, pudieran emprender una revisión de las penas en cuanto a su severidad, para procurar que su sola presencia, aunque sea de carácter coyuntural, se constituya en un verdadero elemento disuasivo. Además, deberían intensificarse esfuerzos para:

– Pasar de la retórica y del alarde teórico de sus bondades, a la efectiva implantación de la vigilancia comunal y de que sean los propios ciudadanos honestos y trabajadores, los que ubiquen y contribuyan a aprehender a los delincuentes, sin contemplaciones de ninguna índole; incrementar la celeridad en la administración de justicia; reforzar la coordinación entre las instituciones a las que les conciernen los aspectos de la seguridad y la justicia; y ser implacables contra la impunidad.

– Incluso, hasta estudiar la posibilidad de la creación de una MISIÓN gubernamental especial, para combatir y erradicar los niveles de malignidad que ha alcanzado el fenómeno de la delincuencia, visto que el mecanismo de las denominadas misiones, como instrumentos coyunturales de gestión, han obtenido resultados razonables, e incluso han recibido el reconocimiento de sectores afectos al gobierno y a la oposición». (Contraloría General de la República, en http://www.cgr.gob.ve/informes_gestion.php?Cod=026)

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