«Socialista» es una marca que imprime el presidente Hugo Chávez a las obras emprendidas en su gestión. El pasado sábado, etiquetó a la Policía Nacional con este sello y, según analistas, lo hizo de una manera peculiar. Tras anunciar la designación de los directores del cuerpo de seguridad, Luis Fernández y Argenis González, acuñó el término «bolivariano» al organismo y ordenó a los efectivos a unirse a su doctrina.
«La policía que defendía a la burguesía se acabó (…) Necesitamos policías con ideología, (…) revolucionaria y socialista. Cualquier otra cosa sería sospechosa». Así anunció el primer mandatario nacional, en la conferencia que dictó a los nuevos policías y delegados del I Congreso del PSUV en la Academia Militar, que pondría su ojo en el cuerpo de seguridad.
Las intenciones de «politizar» al nuevo organismo de seguridad son evidentes para el criminólogo Francisco Javier Gorriño, quien calcula las consecuencias de esta acción.
«Históricamente, cuando la política entra en los casos de investigación policial, la justicia suele salir por la puerta de atrás. La presión del poder, ya sea económico o político, influye de manera negativa en el trabajo técnico y equilibrado que debería desarrollar un efectivo», afirmó.
Cuando nació el proyecto, en el año 2006, se propuso integrar un equipo multidisciplinario para planificar el desarrollo del organismo.
Tanto el Consejo para la Reforma Policial como el Consejo General de la Policía Nacional estuvieron conformados, en su mayoría, por especialistas desvinculados del ámbito partidista.
DECLARACIÓN SORPRESIVA
Hasta hace dos meses, los indicios de una posible politización se mostraban escasos. Sólo denuncias de aspirantes al cuerpo policial sobre presunto adoctrinamiento en las clases surgían en el escenario.
Además de los recientes señalamientos del jefe de Estado, la incorporación de la palabra «bolivariano», propuesta el martes por Cilia Flores, presidenta de la Asamblea Nacional, entrará en debate en el Parlamento que aún discute una reforma de la Ley de Policía Nacional y la aprobación de la Ley de Estatuto de la Función Policial.
Al consultar al comisario Argenis González, designado como subdirector de la PN, sobre una politización del organismo policial; el funcionario se negó a ofrecer declaraciones.
Aunque Gorriño acoge el nombramiento de estos directivos, sólo aconseja seguir principios de los fundamentos éticos de la policía. «Siempre el poder ha tratado de sumar a los cuerpos de seguridad a su favor. Pero, el deber de los efectivos está en recordar que la incorporación de ideales políticos podría atentar contra la efectividad de los agentes como garantes de la Ley».
Por: Maolis Castro
www.talcualdigital.com