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El Observatorio Venezolano de Violencia divulgó un informe que muestra en un mapa las zonas donde ocurre el mayor número de delitos en el transporte público, los horarios en que suceden y las distintas modalidades de ejecución, luego de realizar un estudio de campo en abril y mayo en cinco estados del país (Bolívar, Lara, Distrito Capital, Sucre y Táchira) y con el apoyo de las universidades en cada una de esas entidades.

«Predomina el robo y el atraco con uso de armas de fuego. Los delitos son ejecutados por una o dos personas, los delincuentes son hombres jóvenes con edades entre 15 y 25 años (aunque ahora se empieza a notar la presencia de mujeres), los choferes reducen sus horarios de trabajo ante el peligro de ser atracados, hay una desconfianza generalizada entre el chofer y los pasajeros; los transportistas prefieren no hacer denuncias porque sienten que su vida corre peligro al hacerlo y no hay autoridades en los ‘puntos calientes», indicó Roberto Briceño León, director de la ONG. Briceño explicó que es un estudio cualitativo realizado con grupos focales de los gremios de transporte.

El sociólogo y Gloria Perdomo, coordinadora del OVV, añadieron que 73% de los venezolanos teme usar transporte público, según datos de la encuesta Encovi 2015. Agregaron que el país ocupa el último lugar, por debajo de Zimbabue o Afganistán, entre 102 naciones donde la organización World Justice Project evaluó en 2015 la seguridad y el Estado de Derecho.

Los directivos de la ONG indicaron que existen patrones comunes de los delitos que pueden replicarse tanto en Caracas como en Quíbor.

Este estudio refleja el quiebre del pacto social, la demostración de la anomia que vive el país y la postura del ciudadano común, que incumple las leyes al saberse abandonado por las autoridades e incluso irrespetado por ellas, dijo Briceño León.

Algunos choferes llegaron a contar en las entrevistas que incluso los propios policías «matraquean» a los conductores con el uniforme puesto, por lo cual la mayor defensa de los conductores es encomendarse a Dios antes de salir a trabajar y despedirse de sus familiares.

El Nacional

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