Los motorizados son víctimas de su propio gremio. Entre ellos se roban y se matan. Los que más sufren son los que suelen ser víctimas porque son personas honestas que sobre sus vehículos de dos ruedas solo se dedican a trabajar.
Este último grupo es pequeño, dicen los funcionarios de la Policía Metropolitana que fueron consultados, y por eso son los que más sufren. Según las estadísticas que adelanta el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, durante 2010 han muerto 22 motorizados que se resistieron al robo de su moto en Caracas. Y un porcentaje importante eran jóvenes mototaxistas. En 2009, hasta julio, se habían completado 89 motorizados muertos a tiros en la ciudad, todos por resistirse al robo de su moto.
Por su parte, efectivos de la Policía Metropolitana explicaron extraoficialmente que al día se roban en promedio 12 motos. Es por eso que hasta la fecha hay unas 2.112 denuncias . En 2009 se robaban 15 motos al día, por eso hasta la fecha había 2.640 denuncias.
Explicaron que muchos de los ladrones piden rescate. Otros solo las revenden o pican el vehículo para usar los repuestos.
Las zonas más peligrosas son, según los datos de la Policía Metropolitana: autopista Francisco Fajardo a la altura de Los Cortijos, Los Ruices, La California, El Marqués y Jardín Botánico, Hornos de Cal, Caricuao y Antímano; las avenidas Páez, Teherán, Boyacá y Río de Janeiro. Coinciden con las que el año pasado ofrecieron fuentes del Cicpc.
Hora y modalidad
Las motos, según explican los uniformados consultados, las roban a cualquier hora. No existe un patrón que revele cuál es la hora más neurálgica.
Las preferidas son: Las Jaguar, León, Empire, DT-Yamaha, las 135cc Modelazo de Yamaha, Suzuki, Ducati, Harley Davidson y BMW.
Los maleantes suelen reunirse en grupo de seis, repartidos en tres motos. Ellos rodean a su presa. Los parrilleros armados obligan a la víctima a detenerse. Cuando se orilla, lo bajan de la moto, le quitan el teléfono celular y huyen. Cuando no hacen caso, los matan. (María Isoliett Iglesias, El Universal, 26.10.10)