La búsqueda de equidad y justicia por parte de familiares y víctimas de delitos, ha mantenido en el tapete público el papel que deberían desempeñar el Ministerio Público, el Poder Judicial y los cuerpos policiales.
Sucesos que a lo largo de los últimos años han conmovido y puesto en vilo a la sociedad, demuestran una tradicional vinculación de los cuerpos de seguridad (GNB, policía y CICPC), en todo género de delito; que a la par de crecer desproporcionadamente, desarrolla métodos de coacción, aprehensión y muerte cada vez más escabrosas y crueles.
Las recientes declaraciones del Estado Mayor de la Policía del estado Lara en la cual emplazan a Provea a asistir a la sede del comando policial y presentar las pruebas, por las cuales califican a las FAP-Lara en el tercer nivel de violencia, por no decir de descomposición, dentro de los cuerpos policiales del país, son también reflejo de una política de Estado que pretende silenciar las ONG que no comulgan con los logros que en materia de seguridad pública exhibe el gobierno del presidente Chávez.
En su mensaje de fin de año, el presidente, habló con el mayor desparpajo, su subalterno, de los grandes logros que en materia de seguridad había obtenido durante el año 2009. Como víctima sentí un nuevo zarpazo en el corazón; como ciudadano una cruel alegoría a la impunidad.
Esto lo refiero puesto que el comandante de las FAP-Lara dice que “Cada vez que el presidente Chávez, el ministro El Aissami, el gobernador Falcón y yo, comentó, hablamos de casos lo hacemos en forma objetiva y porque tenemos cifras en mano.” Lo cual evidencia dos características de la violencia en Venezuela; la negación del problema y la confirmación de que se trata de una política de Estado, que al margen del éxito o fracaso, disiente de quienes exigimos una amplia y radical depuración policial.
A cifras que el propio comandante de las FAP-Lara cita “Hasta ahora no hemos tenido ninguna averiguación del Ministerio Público por parte de violaciones graves cometidas a lo establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos”. Habría de preguntarse sobre el caso de un Fiscal del propio Ministerio Público del estado Lara, no de los que se hace acompañar el jefe regional del CICPC, que en procura de ejercer sus funciones, detuvo un acto de tortura que ocurría en la sede del comando de las FAP-Lara, y al intentar abrir un procedimiento a los funcionarios incursos en ese delito, se encontró con tanquetas, motorizados y antimotines dispuestos a enfrentar cualquier decisión contra los suyos. Y el fiscal, ya en minúscula hubo de retirarse con el rabo entre las piernas y esperar otra forma de ejercerla. Y el caso continúa en el limbo. Habría que preguntarle también al Comandante Campos sobre el asesinato del joven Williams Alcalá (16) cuyos familiares protestaron públicamente denunciando una ejecución policial. Casos como éstos se extienden en una larga lista que incluye extorsión, torturas, secuestros planificados desde las propias sedes de los cuerpos policiales, todos reseñados por los medios regionales.
Por lo que no podemos peguntarle al comandante ni a ningún organismo de seguridad porque ninguno asume, es sobre el hallazgo de 15 cadáveres encontrados a lo largo de 2009 con señales de torturas y tiros de gracia, uno de los cuales-por cierto- tenía con las manos esposadas. Tampoco da cuenta de la nefasta lista de ejecuciones perpetradas por la policía de Lara durante los diez años de la política necrofilia del exgobernador Reyes Reyes. Olvida el comandante de los delitos violatorios a DDHH no prescriben y olvida también que el 80% de los autores de estos crímenes permanecen activos dentro del cuerpo policial.
Llama la atención la ausencia, en la rueda de prensa del Comandante en Jefe de las FAPL, el gobernador Falcón, lo que podría deberse al agotamiento político que este irresoluto problema de la seguridad, la impunidad, la violencia y el para-policialísmo le acarrea. Él prefiere mirar las cosas desde el aire, a ver desde la tierra, un problema que nos cercena entre rejas y desconfianza y cuya observación desde el limbo aéreo, tiende a crear un paisaje idílico, inacabado de la ciudad y el estado Lara, que oculta sus males ancestrales con productos imperiales.
Me consta el ultraje y la matraca constante a que son sometidos toda la fauna variopinta juvenil de la ciudad, por parte de los cuerpos policiales, los cuentos de ultratumba y extorsión que pueden derivar en una pusilánime y sempiterna explotación, mientras los verdaderos prófugos y criminales gozan de autopistas a la hora de trasladarse con sus botines.
El contubernio parece aclararse; la consabida comisión reestructuradora delas FAP-Lara, quedó sepultada, presa de los intereses del Estado. De los quinientos y tantos funcionarios investigados, conocidos, de las FAP-Lara, apenas cincuenta fueron excluidos, el 80% de ellos se encuentran implicados en homicidios. Interesante sería que alguien explicara estas actitudes gremiales e institucionales que pretenden tapar el único ojo de una sociedad entumecida por la violencia; la evidencia.
No pongo en duda la buena voluntad de hombres y mujeres que bajo principios férreos combaten la delincuencia en los cuerpos policiales, dentro y fuera de ella, pero no pueden ser voceros de nada, ni de ellos mismos, puesto que se saben solos y que mienten en procura de banalizar el infierno.
Apostamos por una sociedad donde los cuerpos policiales sean un recuerdo condenado a la cárcel del olvido, donde la organización ciudadana devuelva la seguridad perdida en esta tierra de gracia que recorrerá la sagrada imagen de la Divina Pastora este 14 de enero de 2010. 154 años después de la peste, no queda sino implorar contra esa atroz epidemia de violencia que nos envuelve y pretende angelizar desde un helicóptero, los pecados que ruedan en la tierra al amparo de sus gendarmes.
COMITÉ DE VICTIMAS CONTRA LA IMPUNIDAD
Barquisimeto, estado Lara 07 de enero de 2010.
El caso del Edo Lara en esta materia es muy lamentable desde hace ya un decinio aproximadamente con la lamentable gestion de Luis Reyes Reyes y su protegido Rodrigiez Figuera. En este tiempo la policia de Lara se convirtio en una especie de empresa al servicio de los 2 anteriormente nombrados y de sus conceptos de justicia y de intereses a su proceso. La consideracion politica estaba por encima del fin para el cual fueron creadas las policias. Ese cuerpo, pese al inicio del supuesto adecentamiento todavia tiene entre sus miembros delincuentes, que amparados en su condicion cometen todo tipo de fechorias. Desde matraca a ciudadanos de bien y a delincuentes, sobornos, robos, y hasta ajusticiamientos. No dudo de la buena intencion de las actuales autoridades, pero ya sabemos que debida a la tan cacareada policia nacional, el proceso iniciado en Lara se paro. En nuestro estados se hacen esfuezos, pero el hampa tiene un amplio terreno ganado. Y pese a los esfuezos todos los dias el hampa hace las suyas. Adicionalmente ya sabemos como se mueve el aparato judicial en este Estado y no existen politicas de estado desde el nivel central para atacar al verdadero enemigo de la guerra que sufre la ciudadania en nuestro Estado cada dia.