“Una Ventana a la Libertad” Bloque de organizaciones para la transformación penitenciaria de Venezuela, organización dedicada desde hace 11 años a la defensa y promoción de los derechos humanos de los hombres y mujeres que se encuentran en nuestras en nuestras cárceles privados de libertad, ve con preocupación que en la cárcel de Yare 3 se encuentre el recluso Jonathan Serrano Peñaloza enfermo de VIH – SIDA en grave estado de salud y sin que el Estado le brinde ningún tipo de atención medica.

Carlos Alberto Nieto Palma, Coordinador General de la Organización No Gubernamental informo que a pesar de que han solicitado la intervención de la Defensoría del Pueblo, de la Dirección de Derechos Fundamentales del Ministerio Publico, de la Dirección General de Servicios Penitenciarios del Ministerio de Interiores y Justicia y han solicitado una medida humanitaria ante los tribunales competentes ha sido imposible obtener ningún tipo de respuesta por parte de ninguna de estas instituciones mas allá de comunicaciones prometiendo soluciones que nunca llegan.

Para “Una Ventana a la Libertad”, la actuación del Poder Judicial ha sido la mas negligente ya que solicitaron una Medida Humanitaria establecida en la legislación venezolana para este tipo de casos y en primer lugar le fue negada por el Juez 2º de Ejecución Penal de Caracas Jorge Timaury alegando “Que aun no se estaba muriendo” en una clara muestra de falta de humanidad. Posteriormente luego de una apelación donde se ordeno una nueva sentencia el Juez 6º de Ejecución Penal de Caracas Javier Toro Ibarra vuelve a negar la medida humanitaria por razones similares luego de haber verificado telefónicamente que el recluso no se estaba muriendo todavía. Actualmente se encuentra en la Sala 3 de la Corte de Apelaciones de Caracas donde el ponente es el Juez Manuel Rivas desde hace mas de un mes estudia el expediente a ver si se decide la apelación presentada por su defensa.

Para Carlos Alberto Nieto Palma dijo que considera que es evidente la violación a los derechos humanos que el Estado venezolano esta cometiendo contra el recluso Jhonatan Serrano Peñaloza violándole su derecho a la salud lo que va a conducir a su inminente muerte pues desde hace mas de un año no recibe los medicamentos necesarios para tratar su enfermedad, ni le han practicado ninguna evaluación medica para ver los avances de su enfermedad. Para los jueces que han negado la Medida Humanitaria su decisión solo ha sido la de verificar que “aun esta vivo” sin importarle ni garantizarle su derecho a la salud y la vida, pareciera que junto a la solicitud de medida humanitaria es necesario acompañar el contrato con la empresa fúnebre encargada del entierro así como la constancia de tener un sitio en el cementerio donde enterrarlo.

Por ultimo “Una Ventana a la Libertad” ante la imposibilidad de obtener justicia para este recluso victima de esta grave enfermedad, están preparando y documentando este caso para presentarlo en los próximos días ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos así como contra el Comité contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles y Humillantes de la ONU denunciando al Estado venezolano por las violaciones a los derechos humanos de este ciudadano privado de libertad que evidentemente el Estado esta dejando morir por negligencia y falta de atención medica. Al parecer a las constantes muertes por violencia en las cárceles venezolanas ahora hay que añadir los que mueren por no falta de atención médica. (Una Ventana a la libertad, 03.12.10)

Una respuesta

  • Es una verguenza que nadie en la cárcel pueda resolver a favor de la salud de éste interno, en mi país -Perú-los que laboramos en cárceles buscamos ofertándoles el Test Rápido para VIH entre la población privada delibertad y de éste modo al diagnosticar oportunamente a una persona viviendo con VIH se les evalúa para luego ofertarles los Retrovirales tal cual se hace con la personas que estan en libertad; no hacemos distinciones porque si queremos que ellos reconozcan y repeten los derechos de los demás debemos entonces enseñarles que también respetamos sus derechos como el acceso a la salud y no volvernos jueces y seguir juzgándolos y aplicándoles otras sentencias adicionales como la indiferencia, discriminación y muerte. Los que laboramos en cárceles debemos pensar que cualquier ser querido o nosotros mismos podemos encontrarnos en ésta situación -privados de libertad- y veremos si nos gustará que nos traten igual como ellos lo hacen.

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