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“Señor representante: Se le agradece traer desayuno a su niño y niña. No hay insumos, robaron el fin de semana”, rezaba una pizarra en la entrada del Centro de Educación Inicial Independencia, en Coro, este lunes 13 de junio. Delincuentes saquearon la madrugada del sábado las despensas y se llevaron los alimentos provistos por la Corporación Nacional de Alimentación Escolar (Cnae) para los 187 niños del plantel.

Los maestros adelantaron la salida a las 11:00 am en vista de que muchos niños no tienen alimentos en casa y solo cuentan con la comida que dan en el colegio. Se pudo conocer que el grupo delictivo forzó una reja de hierro para ingresar al instituto educativo y cargó con pollos, pasta, caraota, arroz, harina y azúcar. En el motín se llevaron la cantidad de comida prevista para alimentar a los alumnos durante el mes de junio.

“Estamos preocupados porque el colegio era un cielo“, expresó la directora del plantel, Bárbara Vargas, “algunos niños se han desmayado del hambre y aquí encontraban comida”. Agregó que espera que José Luis Gutiérrez, jefe de la Cnae, ayude a la institución frente a la pérdida.

La directora del centro educativo también señaló que los ladrones se llevaron dos filtros de agua, un peso, una carretilla y tres contenedores de plásticos para almacenar agua.

El sábado no fue la primera vez que la escuela sufrió un robo. A principios de año, el hampa también se llevó los aires acondicionados que había en el colegio. La directora agregó que el Centro de Educación Inicial El Cardoncito, en el barrio San José, y el colegio 5 de Julio —ambos en Coro— también fueron robados.

De esta realidad tampoco escapan los estudiantes del Liceo Bolivariano Julio César Parra. Hace dos semanas, el centro educativo también sufrió una situación similar cuando un grupo hamponil ingresó para robar la comida de 430 jóvenes.

“Se llevaron las verduras y hortalizas que debían alcanzar para 15 días. También bultos de caraotas, harina, pasta y azúcar. Igual los cereales, mantequilla, las sardinas y el motor del freezer”, denunció la profesora Lisbeth Soto.

La escuela se las arregló para darles desayuno y almuerzo a los alumnos con lo poco que dejaron los delincuentes. Sin embargo, un grueso de los estudiantes solo cuentan con la comida que dan en el plantel.

Un profesor comentó que muchos de los padres no envían a sus hijos a clase cuando no dan comida en el colegio. Algunos se aseguran de que vayan a dar incluso una merienda antes de llevar los pequeños. La mayor asistencia se da los lunes porque, aseguró, los fines de semana son los días en los que menos comen los niños.

“Hay alumnos que piden hasta comida para llevarles a sus familiares porque no tienen qué cenar”, agregó Soto.

Para la directora del colegio, Bárbara Vargas, es necesario que las comunidades se unan para afrontar la delincuencia. También hizo un llamado a las milicias a participar debido a la escasez de policías.

“Así como vamos, el hampa va a dejar a todos los planteles sin nada. Es necesario que el Gobierno y los responsables de la seguridad asuman su responsabilidad”, puntualizó la directora.

EfectoCocuyo

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