alimentos_mercalTras un mes de atraso el Banco Central informó que en diciembre el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas registró un salto de 2,5%, con lo que en 2013 el incremento es de 74%, una cifra que representa el mayor aumento desde que en 1996 el gobierno de Rafael Caldera implementó un severo ajuste que disparó el costo de la comida en 88,1%.

El ascenso de los precios es acompañado por la ausencia de productos en los anaqueles, de hecho, estadísticas oficiales desnudan que la carestía de alimentos básicos en Caracas creció incesantemente durante 2013 al punto que el índice que refleja un promedio de la escasez de todos los rubros alimenticios se ubicó en 22% al cierre de octubre, el nivel más alto en 46 meses.

Los venezolanos sufren un desequilibrio entre la oferta y la demanda que proviene de distintas vías. Un aspecto clave es que para mantener el gasto en ascenso en medio del calendario electoral el Gobierno recurrió a la impresión de billetes en el Banco Central y cuando esta masa de bolívares ingresó a la economía no encontró suficientes bienes por las deficiencias en la producción y las trabas para importar.

El índice que mide la inflación general reporta un salto de 56,2% en 2013, un resultado que solo ha sido superado desde 1950 por el alza de los precios en 1989 con Carlos Andrés Pérez

La oferta declina porque la producción de empresas públicas en el sector de alimentos desciende. Las cifras oficiales registran un declive de 11,8% en el tercer trimestre de 2013 y el ala privada tampoco responde adecuadamente porque el control de precios impide que cubra adecuadamente los costos, mientras que la sequía de divisas retrasa las importaciones de productos terminados, insumos y materias primas.

En un entorno en el que el ingreso de dólares se hizo insuficiente para atender la demanda, el Gobierno traspasó la crisis al sector privado, que padeció un severo recorte en las divisas que le aprueba Cadivi.

Las cifras que maneja la Vicepresidencia de Economía indican que en 2013 Cadivi aprobó para importaciones del sector privado, principalmente asociadas a sectores prioritarios como alimentos y medicinas, 15 mil 515 millones de dólares, una cifra que representa un descenso de 15% respecto a 2012 y que es 26% inferior a las asignaciones de 2010.

El sábado José Khan, ministro de Comercio, reconoció que «uno de los casos por los cuales los inventarios no estaban era porque no se estaban dando las Autorizaciones de Adquisición de Divisas de manera oportuna».

La misma receta

El índice que mide la inflación general reporta un salto de 56,2% en 2013, un resultado que solo ha sido superado desde 1950 por el alza de los precios en 1989, cuando la administración de Carlos Andrés Pérez desmontó los controles heredados de Jaime Lusinchi y la del período 1994-1996, cuando una profunda crisis financiera desestabilizó la economía.

Para este año el Gobierno se propone detener la aceleración de los precios y lograr que la inflación se ubique entre 26% y 28% recurriendo al reforzamiento de los controles mediante la Ley Orgánica de Precios Justos, publicada la semana pasada en Gaceta Oficial.

El texto fusiona aspectos que ya existían en la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis) y de la Ley de Costos y Precios Justos.

Durante diez años el control de precios no ha logrado contener la inflación, incluso, en 2000 y 2001, años en que Hugo Chávez obtuvo los mejores resultados en esta materia no existían regulaciones de este tipo.

Robert Schuettinger y Eamon Butler son los autores de un trabajo donde analizan cien casos en que gobernantes de treinta países intentan librarse de la inflación a través de los controles de precios.

La conclusión de este premiado estudio es que si bien algunos controles de precios han tenido efecto positivo por un corto período de tiempo, en el largo plazo siempre han fracasado, porque no combaten la causa real de la inflación: el incremento de la cantidad de dinero por encima de la productividad.

 

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