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Decenas de personas bloquearon este miércoles una concurrida avenida del este de Caracas por la escasez de alimentos. A cinco km de ahí, los autobuseros hicieron lo mismo por falta de repuestos. Las protestas se vuelven cotidianas con el agravamiento de la crisis en Venezuela.

Con billetes en mano José Salazar afirmó a la AFP: «¿qué hago con el dinero?», mientras explicaba que pese a estar jubilado sale los miércoles a buscar comida para él, sus nietos e hijos a los supermercados. Pero «no hay«, lamentó.

José y otros manifestantes cortaron una avenida principal en el sector La California, muy cerca del populoso Petare, quejándose contra el gobierno de Nicolás Maduro porque no había alimentos básicos para comprar en los supermercados de la zona.

 Entre consignas de «fuera Nicolás Maduro» y «revocatorio ya», hombres y mujeres de varias edades lamentaron no tener alimentos en sus casas, antes de ser dispersados por la militarizada Guardia Nacional y la Policía Nacional, con gases lacrimógenos y balas de goma.

Otro de los manifestantes, Tairon Rincón, exigió al presidente Maduro «que solucione» pues «tenemos hambre, queremos comida: cara, barata, como sea, importada; pero que haya».

Un par de horas después en Los Ruices, a pocas cuadras de La California, se produjo otro cierre de avenida por parte de un grupo de manifestantes que exigía alimentos.

Las protestas por la carestía de productos básicos -sobre todo de alimentos, que la encuestadora Datanálisis calculó para abril en al menos 80% en Caracas-, se han vuelto pan de cada día en muchas ciudades del país.

Según la ONG Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social, en los primeros cinco meses del año hubo 254 saqueos o intentos, y sólo en mayo 172 protestas en rechazo a la escasez de alimentos.

El gobierno impulsa un sistema de venta de bolsas con alimentos básicos que se distribuyen en los barrios por líderes de la comunidad, lo que ha desatado una polémica porque la oposición asegura que la entrega, además de ser insuficiente, se hará de acuerdo al «color político».

«Les tienen miedo, pero los CLAP son la punta de lanza del sistema agroalimentario», dijo este miércoles el ministro de Alimentación, general Rodolfo Marco Torres.

En las últimas 24 horas, la prensa local reseñó otras protestas por la escasez de alimentos en las ciudades de Valera (estado Trujillo, este), San Juan de los Morros (Guárico, centro), Porlamar (Nueva Esparta, oeste), y Maturín (Monagas, oeste).

De acuerdo con la ONG, en los primeros cinco meses del año se han producido 2.779 protestas por ausencia de alimentos y medicinas, por fallas en los servicios de agua y electricidad, y otras demandas.

Este miércoles en el céntrico sector Chacao, en Caracas, decenas de autobuses de rutas de transporte público bloquearon el tráfico -generando un gran caos vehicular- frente al Ministerio de Transporte, en reclamo por la alta escasez de repuestos y autopartes.

«Ahora tenemos el problema de las baterías, los cauchos, los aceites, nos aumentaron la gasolina, y este negocio ya no está dando abasto», declaró a la AFP Alfonso Rangel, conductor de autobús.

Además de la escasez, los venezolanos están angustiados por el alto costo de la vida, pues la inflación en 2015 fue de 180,9% (oficial) y este año apunta a 700%, según el FMI.

«La situación de hiperinflación que tenemos en Venezuela nos está afectando enormemente a los transportistas», aseguró José Luis Montoya, otro chofer de bus.

«Tenemos escasez de caucho, más del 70% de las unidades están paralizadas (…) los cauchos (neumáticos) de todas estas unidades están todos lisos (…) estamos arriesgando la vida de los usuarios y nuestra propia vida por prestar el servicio», agregó.

Algunos de los transportistas colocaron en sus vehículos mensajes en unos de los cuales se leía: «¿dónde están los cauchos y baterías, señor ministro?», en alusión a las promesas hechas por el Ejecutivo de proveerles de las autopartes necesarias.

El gobierno de Maduro se defiende alegando que «Venezuela es víctima de una guerra económica todos los días, de un desabastecimiento inducido, un acaparamiento de los productos», según el vicepresidente Aristóbulo Istúriz, al responsabilizar a empresarios de derecha de la crisis.

La Información

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