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Foto de Radio Lago Blogspot

En total, fueron cinco municipios de la entidad tachirense los que sufrieron las consecuencias de las fuertes precipitaciones que cayeron durante la tarde del domingo en varias partes de la región, donde 40 casas fueron anegadas al igual que una escuela ubicada en Peribeca

Los funcionarios de Protección Civil adscritos a la División de Operaciones continuaban ayer efectuando las labores de chequeo y de evaluación en las viviendas que fueron víctimas de las anegaciones, según lo informó el sub director del mencionado organismo de prevención en el estado, Arnaldo D’Yongh, quien precisó que no hubo personas damnificadas por cuanto los daños fueron menores. «Nuestros funcionarios siguen en las labores de evaluación para determinar si algunas de estas 40 familias requieren ayudas significativas que podamos brindarles, aun cuando no hubo hechos qué lamentar, con excepción de la persona fallecida en el municipio Andrés Bello, quien murió al ser arrastrado por las aguas de la quebrada La Cordera en el sector Pan de Azúcar», expresó D’Yongh.

En algunos sectores de la red vial del Táchira se pudo observar de igual manera, varios deslizamientos de terrenos que afectaron el libre tránsito vehicular, por lo que varias cuadrillas de los organismos gubernamentales regionales se trasladaron para retirar los escombros y dejar las carreteras en total normalidad.

Atención inmediata

De acuerdo al reporte dado a conocer en Protección Civil, en el municipio Bolívar, en la vía que conduce desde San Antonio hacia Rubio, en el sector Curva de los Bandoleros, ubicada entre Peracal y Las Dantas, los derrumbes y las sedimentaciones que provocaron la caída de material rocoso a la calzada obstaculizó el tránsito en los dos canales, por lo que la vía tuvo que ser cerrada por algunas horas. Igual situación ocurrió en la carretera que une a Capacho con San Antonio, en los sectores Curva El Diablo y El Mamón, donde hubo que cerrar el paso en un canal por los deslizamientos de terrenos que ocurrieron.

En el sector «Mi pequeña Barinas», en el municipio Bolívar, varias viviendas se vieron afectadas por la crecida de la quebrada La Dantera, mientras que en los barrios Curazao, Pinto Salinas, Cinco de Julio y La Colina, se produjo el colapso de los sistemas de aguas servidas.

Informó D’Yongh que estas emergencias, junto a las suscitadas en Guásimos, Andrés Bello, Independencia y Cárdenas, fueron atendidas de inmediato por los diferentes organismos regionales y nacionales que se encargan de efectuar los trabajos de auxilio y prevención.

Escuela anegada en Peribeca

Además del desbordamiento que se produjo en la entrada de Peribeca, donde convergen las quebradas La Capacha, Las Adjuntas y Catarnica, las cuales se desbordaron arrastrando sedimentos, las lluvias también anegaron las instalaciones de la Escuela Nacional Bolivariana «Peribeca», por lo que las clases no pudieron iniciarse ayer como lo había establecido el Ministerio de Educación.

La directora del centro educativo, Francia Sajajú, manifestó que todas las aulas y las oficinas, así como la biblioteca y el comedor, se llenaron de lodo y sedimentos producto de las precipitaciones fuertes que cayeron en la tarde del domingo. «Perdimos una gran cantidad de textos escolares y de carteleras debido a estas acciones de la naturaleza, aún no hemos revisado los aparatos tecnológicos, por lo que esperamos que no se hayan dañado», sostuvo la docente mientras colaboraba con los demás profesores que cumplían con los trabajos de limpieza de los pisos y de lavado de los pupitres y demás enseres escolares.

Sajajú indicó que lo más probable es que las actividades académicas se arranquen mañana en esta escuela que atenderá a 430 alumnos de los niveles primarios.

La docente extendió el llamado a la Zona Educativa, al Gobierno regional y nacional así como a la comunidad para mancomunar esfuerzos y realizar las labores de levantamiento y mejoras de la escuela para evitar que estas acciones vuelvan a suceder.

Tarea de todos

Aun cuando la magnitud de las lluvias no puede ser controlada por el hombre, la población puede minimizar los riesgos de las precipitaciones por medio del cumplimiento de los consejos emitidos por los cuerpos de prevención de desastres, como el no lanzar desechos a los ríos ni construir en los márgenes de los afluentes naturales.

(Daniel Suárez, Diario de los Andes, 05.10.2010, http://diariodelosandes.com/content/view/132920/105888/)

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