¿Qué reflexión genera en los y las adolescentes el hecho de que realicen actividades de limpieza en sus escuelas como castigo impuesto por parte de las y los docentes? ¿O suspenderlos y suspenderlas por más de dos días por alguna falta cometida? Como señala Zenits Correia, del Programa de Educación Popular en Derechos Humanos de la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, “estas ‘sanciones’ no causan reflexión en ellos y ellas, lo importante es que se les expliquen las razones por qué, por ejemplo, no deberían masticar goma de mascar en las aulas”. María Viriginia Santana, docente de la de la Unidad Educativa José Gregorio Monagas, indica que lo importante “es que los niños, las niñas y las y los adolescentes entiendan que toda acción conlleva unas consecuencias por las que se deben hacer responsables”.

Estas ideas surgen en el marco del cierre del Curso de Formación en Derechos Humanos para Docentes, coordinado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) y la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz. Más de 30 docentes de Baruta y Petare se formaron en los temas de Elementos básicos de derechos humanos, Instrumentos de protección de los derechos humanos, Ética docente, Disciplina Voluntaria, Autoridad y poder, Buen trato infantil, Diversidad, género, Desarrollo adolescente, Resolución de conflictos, Planificación escolar, Estrategias metodológicas para la educación en derechos humanos y Manual de convivencia escolar.

Este martes 24 de enero, en la sede de la Escuela de Enfermería de la Universidad Central de Venezuela (UCV), los y las docentes presentaron sus propuestas de acuerdos de convivencia (en sustitución de la mención manuales de convivencia), en los cuales evidencian los avances de lo aprendido en cuanto a la aplicación del enfoque de Derechos Humanos en el hecho educativo. “Aprendimos que debemos integrarnos todos y todas porque siempre ha habido una lucha de poder entre docentes y estudiantes: educadores y educadoras arriba y niños y niñas abajo. Todos y todas nos ubicábamos en aceras diferentes”, expresa María Virginia Santana.

Por su parte, Magaly Arias, de la Escuela Básica Municipal Luis Correa, comparte que entre sus aprendizajes se encuentra, sobre todo, la búsqueda de la participación colectiva, de docentes, directivos y directivas, obreros y obreras, padres, madres y representantes en la construcción de las normas, los deberes y los derechos que se plantean en los acuerdos de convivencia en la escuela. “Básicamente estamos respetando los derechos a la defensa, a ser escuchado y escuchada, la presunción de inocencia, establecidos en nuestra Constitución”, señala Sonia Carrillo, de la escuela Agustín Aveledo, de Petare.

 

¿Por qué hablamos de amonestación?

Keila Betancourt, Oficial de Políticas Sociales de UNICEF, en el marco del cierre del Curso de Formación en Derechos Humanos para Docentes, indicó que la palabra amonestación en el ámbito escolar implica de antemano que el otro o la otra ya es culpable de una falta. “¿Cómo aplicamos en el proceso de aprendizaje la misma lógica de la relación patrono-trabajador?”, se preguntó Betancourt. “Es importante que no se siga hablando de esa manera, ya que primero debe estar el diálogo, ponernos en los zapatos de los y la estudiantes, conocer cuál es la realidad de ese niño o niña en su casa y, en un proceso de diálogo, llegar a acuerdos”, indicó.

Romper paradigmas

Los y las docentes continuarán completando los acuerdos de convivencia con todos los actores y todas las actoras que hacen vida en las instituciones educativas que representan. Quedan asambleas, reuniones y debates por llevar a cabo. Asimismo, la Red de Apoyo, junto con UNICEF y AVEC continuarán acompañando ese proceso. “La tarea es ardua porque tenemos que romper paradigmas para hacer entender en las escuelas que los Derechos Humanos se respetan”, afirma Zoraida Ramírez, psicopedagoga de la Unidad Educativa Jesús González Cabrera.

 


Una respuesta

  • Excelente iniciativa debemos fomentar la reflexión o la disciplina desde la necesidad de la convivencia y el respeto por el otro que es parte de mi contexto. Felicitaciones por exaltar estas pequeñas faenas que a veces pasan por desapercibidas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *