¿Cuántos niños empezarán clases el próximo lunes en Carabobo? Mientras la cantidad exacta es totalizada, arrastra como antecedente que en seis de los últimos 10 años escolares la tendencia interanual fue descendente.
La matrícula de primaria en la entidad promedió un decrecimiento de 5% en la última década, con base en los extremos de la serie presentada en la Memoria y Cuenta 2011 del Ministerio de Educación.
Carabobo ocupa el quinto lugar entre los 12 estados del país donde la matrícula ha decrecido, coincide el Informe Anual 2011 de Provea. “Esta etapa educativa, que tuvo históricamente las mejores tasas, no solo no incorpora progresivamente más estudiantes, sino que tiene menos desde hace tres períodos a escala nacional”.
El primer elemento a considerar es el demográfico. Del último censo quedó claro que la tasa de crecimiento poblacional bajó su ritmo de 2,3%, en 2001, a 1,6%, en 2011.
La población está creciendo menos, pero no tanto como para que explique por sí sola esta reducción en la matrícula. Lo normal debería ser que la demanda siguiera aumentado, analizó Luis Bravo Jáuregui, especialista de la línea Memoria Educativa Venezolana en el Centro de Investigaciones Educativas de la Universidad Central de Venezuela. Otros factores, entonces, actúan.
Corto circuito en objetivos
Bravo Jáuregui diferencia dos momentos en la historia reciente de la matrícula venezolana: uno de clara expansión, que va del año escolar 1998-1999 al 2002-2003; y del 2003-2004 en adelante, cuando empieza una fase de estancamiento y contracción, atribuidos a un comportamiento errático de la iniciativa oficial.
El derecho a la educación en Venezuela es obligatorio de cero años hasta el nivel medio diversificado, una franja etaria que representa el 27,6% de la población. Pero la primaria, el eslabón más directamente involucrado en el ascenso social y la mejor opción para la lucha contra la pobreza, es paradójicamente la escuela más descuidada.
La llamada política de inclusión del Estado se ha enfrascado en las misiones y en la educación universitaria, criticó Bravo Jáuregui. La conclusión: una gestión dirigida más a polarizar y a mantener la pobreza. “Hay un corto circuito, una desinteligencia entre Constitución, tradición y política educativa del Gobierno no dirigida a sectores populares”, razonó.
Ligeras variaciones
La matrícula de la Unidad Educativa Manuel Rodríguez Vásquez, en la avenida Las Ferias de Valencia, tuvo este año un repunte de 95 nuevos inscritos, sobre todo de preescolar, luego de varios períodos oscilando en alrededor de mil 590 alumnos.
En otras escuelas grandes del área metropolitana, como la Elisa Guevara de Cáceres, la matrícula se ha mantenido invariable en los últimos años, reportó la directiva. Siguen listados los mismos mil 400 estudiantes, excepto cuatro ingresos de niños en situación de calle y algunos referidos de otros estados por tragedias naturales. Este, uno de los planteles con más demanda de Los Guayos, tiene grados con hasta seis secciones.
Auris Rivero evoca los “buenos tiempos”, cuando la nómina estudiantil estaba aparejada con el crecimiento poblacional. “Ahora las condiciones no están dadas para recibir a tanto alumno. Se perdió la calidad educativa”, sentenció la presidenta de la Federación Venezolana de Maestros en Carabobo.
Sobre por qué la matrícula carabobeña de primaria ha decrecido, Rivero enumeró cuatro factores: Precaria infraestructura. El niño que no consigue cupo en su municipio migra a otro pero, a mitad de año escolar, deserta. Algunos padres optan por poner a trabajar a sus hijos. Las fallas en el programa alimentario también inciden.
ZEC: cero deserción
Desde que Chávez asumió las riendas del país no se ha quedado ningún niño sin estudiar, sostuvo el director de la Zona Educativa, Alí Joaquín Campos. En boletín de prensa emitido el martes, negó cálculos recientes de la Federación Venezolana de Maestros según los cuales aproximadamente 250 mil jóvenes de la región estarían fuera del sistema educativo regular, porque no tienen dónde estudiar. “Son informaciones falsas y malsanas”.
Se intentó vía telefónica recoger la opinión del funcionario sobre el comportamiento de la matrícula, pero solo se comprometió a enviar este jueves material relacionado.
La Memoria y Cuenta de la cartera educativa reconoce que siete de cada 100 niños venezolanos en edad escolar no cursan estudios de primaria. Persiste la misma proporción que, por ejemplo, en el lapso 2002-2003.
A escala nacional serían cuatro millones los niños y jóvenes excluidos de las aulas, según la Fundación Arturo Uslar Pietri.
El problema no acaba con el sexto grado. La deserción escolar también sigue marcando la educación media y diversificada en la entidad, entre otras causas por el déficit de liceos, aseguró Omaira Medina, presidenta del Colegio de Profesores. Este grupo, que en Carabobo equivale a unos 184 mil jóvenes, comenzará clases el próximo 1º de octubre.
Sin comida uno de cada dos niños carabobeños
Carabobo tuvo 257 mil 550 cursantes de educación primaria en el año escolar 2010-2011, último documentado en la Memoria y Cuenta 2011 del Ministerio de Educación. La asistencia alimentaria cubrió a solo 126 mil 127 estudiantes, cifra equivalente al 48,9%. El déficit del antiguo Programa Alimentario Escolar (PAE), renombrado como Sistema Integral de Abastecimiento y Nutrición Escolar (Siane), fue incluso más acentuado en el subsistema de educación inicial: de 101 mil 616 niños inscritos, recibieron comida 22 mil 547, o el 22,1%, de acuerdo con el documento oficial.Al inicio del año escolar pasado solo 200 de las 568 escuelas adscritas al Siane se encontraban aptas para almacenar alimentos secos y fríos, declaró entonces el director del Instituto Nacional de Nutrición en Carabobo, Guillermo Cardona.Comedores de Naguanagua como el de la Unidad Educativa Lisandro Lecuna trabajaron parte del 2011-2012 con una dependencia de Pdval que no suministraba todos los productos. Los despachos de frutas eran escasos, ejemplificaron madres procesadoras del plantel. Las empleadas desconocen cuándo se reactivará el servicio aunque, por lo general, esto ocurre una o dos semanas luego del inicio de clases. (Daniel Pabón, El Carabobeño, 13.09.12)
Capítulo del Derecho a la Educación, Informe Anual de Provea octubre 2011 – septiembre 2011