«Sin ánimo de hacer escándalo es posible afirmar que la escolarización en inicial y primaria, no es sólo el principal problema del Gobierno, sino posiblemente del país todo».
Así se lee un extracto del informe de la Memoria Educativa Venezolana (MEV) sobre la situación del sistema escolar, en el cual se analizaron las cifras oficiales de cobertura en las primeras etapas de la escolaridad (ver anexo)
Los investigadores de la MEV, Luis Bravo Jáuregui y Alexander Uzcátegui, advierten que más que cifras modestas «estamos frente a un grave retroceso en la cobertura de la escolarización temprana, pese a la insistente propaganda oficial que habla de un milagro».
Al recalcar la importancia de los primeros niveles de escolaridad, para Bravo Jáuregui resulta «paradójico» que sea la más descuidada por la iniciativa oficial.
«El análisis de la cobertura de los primeros años revela una contracción si lo comparamos con los niveles medio y superior. Hay que recordar que los primeros niveles, teóricamente, es el más inclusivo en términos del porcentaje de pobreza que escolariza».
En ese tenor, y aferrado a los indicadores oficiales, que revelan que 35,5% de los niños de 0 a 8 años de edad está fuera del sistema escolar. «Estamos hablando del componente más sensible y necesario para la participación -inclusión socio-educativa- popular, donde se ha avanzado muy poco respecto a lo sancionado por la Constitución y la discursividad oficial. En otras palabras, 1.835.760 de párvulos de los sectores bajos no tienen acceso a la educación gratuita, pública y popular».
Retroceso escolar
La razón que explica estas cifras es la incapacidad del sistema público en cubrir la demanda de estos grupos, sobre todo por el déficit de infraestructura en los nuevos centros poblados: zonas invadidas o nuevos desarrollos urbanísticos.
Sin desmerecer ciertos avances en la escolaridad, Jáuregui y Uzcátegui alertan «que ha sido sumamente errático y vacío de institucionalidad consolidada, cosa que transgrede profundamente el espíritu y letra de la Constitución vigente y la tradición de Gobierno Educativo que hemos tenido en el país, al colocar en el centro de la discursividad y acción estatal la escolaridad plena de los sectores sociales permeables a la exclusión social y educativa. Efectivamente han ocurrido son retrocesos. Sobre todo cuando se lo mira en perspectiva de educación popular».
En cuanto al primer grado el informe señala que «ofrece muestras inequívocas de contracción sostenida» y no se trata de un «accidente estadístico» y se alerta sobre la insistente propaganda oficial según la cual la reducción en la matrícula es producto de la «contracción de la población de 6 a 11 años de edad».
Por último, sostienen que se reduce la escuela pública pero crece la privada.
(Gustavo Méndez, El Universal, 15.05.12)
El Informe Anual de Provea octubre 2010 – septiembre 2011 señala «respecto de la exclusión educativa, para las edades de 3 a 5 años la exclusión es todavía de 499.605 personas.