Enfermedades gastrointestinales y parasitarias, erupciones en la piel, entre otras enfermedades, atacan frecuentemente a los niños, niñas y adolescentes de la comunidad de Santa Inés, María Isabel de Chávez, Mirabel I y Mirabel II, y otros sectores cercanos a la Planta de Tratamiento inconclusa ubicada en esta zona
Para nadie es un secreto que la contaminación ambiental es la causante de muchas enfermedades en los seres humanos, las cuales están relacionadas principalmente en el aparato respiratorio y digestivo, entre ellas la bronquitis, el asma, el enfisema pulmonar y los resfriados frecuentes, además de enfermedades parasitarias, erupciones en la piel, que ocasionan en el mayor de los casos cuadros contagiosos que inciden en el desarrollo normal de las actividades diarias. Muchos de estos síntomas hacen que los niños/as no asistan a sus actividades escolares.
En aras de darle continuidad a los trabajos sobre el caso de la graves crisis ambiental y salud pública, relacionados a los olores fétidos y la contaminación que emanan de la Planta de Tratamiento, ubicada en las inmediaciones del sector Santa Inés, parroquia Antonio Nicolás Briceño del municipio San Rafael de Carvajal, el equipo reporteril se trasladó al lugar para conocer el testimonio de las humildes madres de familia que siente y padecen a diario los pestilentes escenarios de la contaminación ambiental producidos por dicha planta. Dramáticos casos
En una de estas comunidades, específicamente en el sector María Isabel de Chávez, funciona la única escuela de esta comunidad, la Unidad Educativa Hugo Chávez Frías, donde cursan estudio de nivel inicial y básico más de 17 niños y niñas provenientes de las comunidades cercanas. La subdirectora de esta plantel, profesora Rosa Reina, explicó que a pesar de que al final de año escolar 2009- 2010, los miembros de sanidad realizaron una jornada de salud para los escolares y todos los vecinos de esta comunidad, se evidencia que las condiciones ambientales que desprende de la planta de tratamiento en Santa Inés, son evidentemente dramáticas y donde los niños/as son los más afectados.
No soportan las pestilencias
Definitivamente, escuchar los testimonios de estas madres de familia, pone los «nervios de puntas». Jenny Materán, Belkis Manzanilla, Yaneth Pérez, entre otras, se encuentran desesperadas, contaron el drama que viven desde que se levantan a tempranas horas de la mañana, hasta horas de la noche, pues no soportan la hediondez que emanan de la Planta de Tratamiento. «Nos toca encerrarnos cada vez que vamos a comer, los más afectados son los niños/as, quienes sufren de constantes erupciones en la piel y enfermedades gastrointestinales», expresaron.
Claman solución
Una de las madres imploró de manera desesperada, que se apiaden de esta comunidad, exhortaron al Ministerio de Ambiente para que «nos ayuden a canalizar la solución ante este grave problema que nos aqueja». Destacaron que la gran mayoría de familias que habitan en esta zona son personas de bajos recursos económicos, que no cuentan con las provisiones y medidas de higiene necesarias para palear esta situación.
Experiencia en carne viva
Como periodista que día a día sale a la calle tras la noticia, son muchas las experiencias y escenarios protagonizados, pero la experiencia de vivir en carne propia y soportar, por pocas horas este grave problema de salubridad pública, a consecuencia de los malos olores, dejó una lamentable secuela en la redactora de esta nota; tras evidenciar la manera en que viven inocentes niños y niñas que ya están acostumbrados a esos desagradables olores. Comparto la gran tristeza que me embargó, cuando al preguntarle a un infante, cómo hace para soportar los olores, quien en medio de su inocencia respondió, «eso me revuelve el estomago cada vez que voy a comer, pero cierro los ojos y pienso que el olor no está para poder comer tranquilo, a veces tengo que vomitar». Estas fueron las palabras de un niño de escasos 5 años.
Habla la comunidad
Rosa Reina: «Esta situación de verdad afecta directamente a los niños y niñas que estudian en la escuela Hugo Chávez Frías, sufren las consecuencias de estos problemas ambientales. Muchos no van a clases por las enfermedades».
Janeth Pérez: «Tengo tres hijos, uno de 10 años que hace poco se enfermó del estomago. Estos olores desesperan a cualquier familia, así no se puede vivir, sobre todo en horas de la noche cuando el olor se prolonga más».
Realizada Dirección Regional Ampliada «Mis 4 hijos y yo sufrimos y padecemos esos desagradables olores. Estoy embarazada y este problema me han afectado dos veces con enfermedades en los bronquios y justamente en este momento ando enferma».
Jenny Materán: «Esta problemática se intensifica más en épocas de lluvias, precisamente en estos momentos los olores se han vuelto más insoportables que nunca, los niños y las niñas son los afectados en todo esto».
Licibel Materán: «Tengo dos niños pequeños que sufren de asma y debido a esta problemática viven enfermos a cada rato. Es desesperante para uno como madre vivir esta situación».
(Karina Salas Méndez, Diario de Los Andes, 11.10.2010, http://diariodelosandes.com/content/view/133467/105888/)