Foto de Ender Curbelo (Ciudad Caracas)

“Puros chipilines alegres y hablachentos son lo que se montan en el transporte todos los días”. Así comienza su narración Richar Silva, chofer de la ruta escolar que se hace diariamente en El Valle.

Silva obtuvo su empleo con este proyecto que desde hace dos años se plantearon los voceros del Consejo Comunal Las Tres Raíces de Cañisito, conjuntamente con los consejos comunales que integran La Comuna en Construcción de El Valle.

Asegura que su rutina se inicia cuando saca el autobús del estacionamiento de la avenida Intercomunal. “A las cinco voy bajando de mi casa para limpiar el transporte y que los niños empiecen también a hacerlo de los sectores cercanos para abordarlo”, afirma.

A las 6:30 am se ubica en la estación del Metro El Valle para recoger a los niños y arrancar vía Las Mayas desde donde se devuelve. Hace cuatro viajes en la mañana.

A los niños se les cobra BsF 0,3 para mantener el servicio del autobús y producir excedentes que luego son utilizados para hacer obras sociales de los consejos comunales que conforman La Comuna en Construcción.

A las personas mayores que acompañan a los niños a la escuela no se les exige el pasaje, así como a las personas de la tercera edad.

“A pesar de ser un transporte comunal yo hago BsF 300 diario fuera de la ruta”, explica Silva.

LA LUCHA EMPEZÓ HACE DOS AÑOS

Betty Medina, quien es vocera de contraloría social de El Consejo Comunal Las Tres Raíces de Cañisito, asegura que este programa partió de los constantes atropellos que sufren a diario los alumnos por conductores del transporte público que les niegan el acceso a las unidades.

“Los vecinos veíamos con rechazo cómo los camioneteros no dejaban montar a los muchachos porque estos les cancelan sólo BsF 0,5 según lo establecido por el Ministerio del Poder Popular para la Educación”, dice.

Por esta necesidad se pusieron de acuerdo todos los voceros comunales a establecer cuál sería la mejor manera de solucionar el problema.

“Decidimos enviarle el proyecto al Instituto Nacional de Desarrollo de la Pequeña y Mediana Industria (Inapymi) quien dio respuesta, dos años después”, aclara.

Hace cuatro meses recibieron los tres autobuses en el sector Cañisito, y fue cuando los voceros comenzaron a buscar a los choferes que laborarían en la ruta escolar.

Escogieron a tres padres de familia que estaban desempleados y necesitaban el trabajo y desde ese momento ellos son los encargados de llevar y traer a los estudiantes.

Estas tres personas perciben un sueldo semanal de BsF 400 por parte de la comuna. De los BsF 0,3 que los choferes le cobran a los estudiantes ellos le entregan la mitad a la encargada de la contraloría social. Con ese dinero se cubren los gastos sociales de la comunidad como medicinas para los vecinos.

Medina explica que este plan es casi una empresa de propiedad social. “Los choferes cobran un bajo costo y de ahí nosotros le pagamos su sueldo para que todos salgamos beneficiados”, acota.

Las horas destinadas para la ruta escolar son a las 6:00 am, 12:00 pm y 5:00 pm de lunes a viernes.

Fuera de ese horario, los choferes conducen la misma ruta desde El Valle hasta Las Mayas. “Ellos trabajan por su cuenta con el autobús y ganan su propio dinero para que se ayuden”, explica Medina.

CONCIENCIA COMUNITARIA

Cuando se implementó la primera fase del proyecto los conductores que cubren la ruta de jeeps se opusieron temiendo que esto bajaría sus ganancias.

Johnny Pacheco, vocero de El Consejo Comunal Negra Matea, fue uno de los promotores de la organización de los autobuses y quien desde el principio dialogó con los transportistas para convencerlos de las ventajas del proyecto.

“La idea inicial era que los autobuses pasaran por toda la parte alta de Cañisito, descendieran por Bruzual y luego llegaran a la avenida principal donde iban a recoger a los otros niños”, explica.

Sin embargo, esta idea no se concretó porque los jeepseros acordaron que no era productivo para la zona ni para los tres autobuses, ya que éstos no estaban destinados para subidas empinadas y podrían dañarse fácilmente dificultando la labor de los consejos comunales.

Los vecinos del sector El Tamarindo fueron los primeros en participar cuando los jeep llegaron al sector, dice Pacheco.

Aclaró que el Inapymi no le dio recursos a la comunidad sino que le entregó los tres autobuses en buenas condiciones para ser manejados por ellos.

El recorrido también incluye conocimientos

La ruta escolar no se trata sólo de llevar a los niños al colegio para mejorar la calidad de vida de los mismos y aliviar el transporte en la parroquia. También incluye el acompañamiento de un vocero comunal que se encarga de narrar las viviencias de la comunidad, su historia, la labor que se hace actualmente, la procedencia y logros de los consejos comunales y las necesidades del sector. Además conocen la agenda de las cosas que se hacen en la parroquia y que están por ejecutarse para que los más chiquitos de la casa, padres y representantes estén al tanto de los proyectos y transmitan la información en sus comunidades.

Betty Medina, quien a diario anda para arriba y para abajo con los choferes para asegurarse de que el trayecto se cumpla en su totalidad, asegura que este es un complemento del proyecto. “Aunque haya mucho trabajo que hacer siempre hay un espacio para acompañar a los muchachos. Por lo menos en la mañana yo me voy con ellos echándoles cuentos, hablamos de la comunidad y ellos preguntan cosas sobre la cultura y organización de su sector. Hay un intercambio de saberes”.

(Narkys Blanco, Ciudad Caracas, 24.11.2010, http://ciudadccs.info/?p=122787)

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