Hay comunidades populares que están luchando para lograr cambios a favor de la paz y la tolerancia, a través de la implementación de actividades educativas que los alejen de la violencia.

Gloria Perdomo es la directora ejecutiva de la Fundación Luz y Vida, que trabaja desde hace 20 años llevando educación y formación a comunidades de bajos recursos en Caracas. 
Además de la formación académica, hacen énfasis en un nuevo modelo educativo y comunitario que promueva el respeto de los derechos humanos y la eliminación de la violencia bajo la perspectiva de la psicología positiva
Para Perdomo, existe una cultura generalizada de la violencia, porque la sociedad admira, respeta y le atribuye mucho prestigio al «envalentonado», a quien amedrenta a los otros. La gente se acostumbró a ese modelo agresivo y autoritario, resaltó.
La directora de Luz y Vida considera que a la gente no se le enseña a respetar, valorar y escuchar al otro. Por eso llevan años intentando impartir la cultura contraria, es decir, la cultura de la paz, en comunidades con altísimos niveles de violencia y muertes causadas por armas de fuego.
Aulas Comunitarias. Uno de los programas que lleva adelante Luz y Vida son las Aulas Comunitarias, a través de las cuales se les brinda formación a niños y jóvenes no escolarizados en barriadas de Petare Norte, que luego son promovidos al sistema educativo formal.
Esta iniciativa, junto con el «Modelo Comunitario» implantado en Petare, cuenta con el apoyo de aliados como la Unicef, la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Metropolitana, Fe y Alegría, la Gobernación de Miranda, la Alcaldía de Sucre y el Consejo Municipal de Derechos del Niño, Niña y Adolescente, entre otros.
Además de la formación académica, hacen énfasis en un nuevo modelo educativo y comunitario que promueva el respeto de los derechos humanos y la eliminación de la violencia bajo la perspectiva de la psicología positiva.
Nuevo modelo. Perdomo indicó que, a través de las 24 aulas, los muchachos aprenden un nuevo modelo cultural donde no son grandes por ser agresivos y andar armados, ya que son mejores personas si saben comunicarse y defender sus derechos de buena manera.
La vocera de la fundación considera que hay que erradicar el modelo cultural de la violencia y por ello sus alumnos son escuchados, valorados y respetados, se les recuerda que son importantes y necesarios. 
Perdomo recuerda la experiencia de un muchacho que llegó a un Aula Comunitaria sin saber leer ni escribir. Luego de tres años pudo ir a un aula convencional y, tras capacitarse en el área técnica, logró el sueño de graduarse, y piensa que la educación recibida y el apoyo de sus maestros fue lo único capaz de evitar que fuera un delincuente en su barrio. (Adriana Flores, Últimas Noticias, 15.01.13)

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