(Geraldine Izaga).- Malos olores y una gran contaminación son los protagonistas del escenario que se vive en la urbanización Los Bucares, ubicada en la parroquia Rafael Urdaneta, producto de un brote de aguas negras que desde hace más de dos años afecta a los vecinos del sector.
Específicamente en la calle El Rosal, manzana número 23, la situación es intolerable, debido a que residentes del lugar tienen que convivir las 24 horas del día con la putrefacción, obligándolos a mantener cerradas las puertas y ventanas de sus hogares.
Según Miguel Latouche, habitante del urbanismo, la situación es motivo de preocupación entre los vecinos pues con el pasar de los días empeora, llegando a causar enfermedades entre las personas.
«Estamos cansados de este problema; ya hay niños enfermos, muchos tienen alergias y enfermedades respiratorias y no hay nadie que nos ayude», dijo.
Manifestó que aunado a las enfermedades, el brote de aguas negras también dio pie a la proliferación de animales, específicamente de zancudos, formándose «un criadero» en la zona el cual causa malestar entre los habitantes.
Asimismo, señaló que el escenario empeora cuando llueve, ya que las calles se inundan a consecuencia del mal estado de un caño de la zona. «Todas las calles se convierten en una laguna e incluso el agua se mete a las casas porque el canal se encuentra repleto de basura».
Aseguró que en repetidas oportunidades han colocado la denuncia en la empresa Hidrológica del Centro e incluso en la Alcaldía de Valencia y aún esperan por una solución. «Estamos cansados de llamar e ir a Hidrocentro, a la alcaldía y que nadie haga nada».
Por ello, exigió a estos entes abocarse a reparar el brote de aguas servidas y por consiguiente la boca de visita, a fin de mejorar la calidad de vida de los residentes de la urbanización Los Bucares. (Notitarde, 16.11.10)