La escasez de materiales e insumos en la Ciudad Hospitalaria Dr. Enríque Tejera (CHET), va más allá de un tubo de ensayo o ausencia de tapabocas.
Para un tratamiento delicado y cuidadoso como es la elevación de una pierna fracturada, un mecatillo y botellas de plástico sustituyen los implementos requeridos.
El colapso en la emergencia obliga a los pacientes a permanecer varios días en los pasillos, con poca ropa y algunas sábanas, dependiendo de la enfermedad.
Mientras llega el momento de ser operados, las curas improvisadas se han convertido en algo normal dentro del recinto, sentenciaron pacientes.
El espacio que abarque la camilla delimitará el área asignada para cada enfermo, que es identificado con una hoja blanca pegada a la pared y escrita a mano con marcador rojo y azul.
Desde el miércoles de la semana pasada hasta el lunes, uno de los pacientes mantenía la pierna suspendida sobre una estructura de hierro sujeta al mecate y dos botellas de material médico vacías.
Quienes llevan varios días en el sitio, comentaron que los médicos improvisaron el mecanismo, pues no quedaba otra forma de realizar el tratamiento.
En otra de las camillas se escuchaba a un paciente pidiendo ser operado.
Al parecer estaba a la espera del procedimiento pues en sus partes íntimas solo lo cubría una sábana azul. Las enfermeras lo único que respondían era “tenga paciencia”.
Por los pasillos, definidos por los familiares de los enfermos como deprimentes, abundan las quejas por el mal estado del recinto.
“Vine a buscar un documento y no me lo puedo llevar porque no hay tinta”, comentaban unas personas entre la resignación que los embargaba.
El calvario por el que transitan quienes van a la CHET tiene que terminar, recalcó una denunciante que prefirió no identificarse. Exigió mejoras en el centro de inmediato. (Ana Rodríguez, El Carabobeño, 07.08.13)