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El doctor Cristian Pino dejó esta mañana las salas clínicas del Instituto Autónomo Hospital Universitario de los Andes (IAHULA), para tomar la palabra en el hemiciclo del Parlamento Nacional.

“Enfermarse en nuestro país es sinónimo de muerte”, sentenció Pino, quien fue uno de los 12 residentes que fueron a huelga de hambre por 130 horas en Mérida para “despertar la conciencia del venezolano y del gremio médico sobre la crisis de salud”.

Junto a cinco compañeros, vestidos todos con batas blancas, el médico aseguró que la tarea de curar, que debería ser cotidiana, se ha vuelto en “titánica e imposible”.

Los profesionales de la salud asistieron a la Asamblea Nacional para exhortar al gobierno a aceptar la ayuda humanitaria de otros países para aliviar la crisis sanitaria que atraviesa Venezuela, solicitud contemplada en la Ley Especial para atender la Crisis Nacional en Salud, aprobada en la plenaria el 3 de mayo.

“Qué hago con los adolescentes que llegan a las emergencias convulsionando, dónde escondo las lágrimas y la impotencia que me da, cuando un paciente muere por falta de insumos”, se preguntó.

El doctor informó que los gastos hospitalarios se sostienen a partir del autofinanciamiento. “Los pacientes aportan hasta el 80% de los insumos”.

Asimismo, aseguró que la mayoría de las personas no tienen recursos suficientes para financiar las medicinas necesarias.

Desde la tribuna de oradores se dirigió a sus colegas: “La historia nos esta imponiendo un compromiso. No nos podemos ir todos. Les digo sin temor a equivocarme, que los mejores médicos del planeta se forman aquí. Esos que trabajan con las uñas. Pasarán a la historia como la generación de oro que no dejó morir a su país”, concluyó.

Luego de 125 horas en ayuno, el gobernador de Mérida, Alexi Ramírez, se acercó a los jóvenes en huelga para pedir unas “disculpas públicas” y comenzar un diálogo con el gremio.

Brasil ofrece ayuda
El ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, José Serra, informó en un comunicado que su país está dispuesto a donar medicamentos a organizaciones humanitarias para que las distribuyan al pueblo venezolano.

En febrero de 2016, una misión de la Asamblea Nacional, encabezada por el diputado Luis Florido, visitó la nación vecina y se reunió con el Senado, la Cancillería, partidos políticos y gremios del sector salud para solicitar la donación de medicinas para el país.

Florido dijo este martes que para recibir las donaciones “falta que el gobierno diga que estamos dispuestos a abrir un canal humanitario”.

Insistió en que el Ejecutivo tiene que dar acceso a los medicamentos porque hay regímenes sanitarios que impiden el ingreso de estos al país.

“Si el gobierno no da este acceso, le queremos proponer al canciller y al presidente de Brasil que coloquen los medicamentos en Manaos (ciudad cerca de la frontera con Venezuela) para que un grupo de parlamentarios vayamos a buscarlos en un convoy humanitario”.

 El Estímulo

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