Si una persona llega con un infarto al miocardio en la noche o durante el fin de semana a un hospital de la ciudad, lo más probable es que no pueda ser atendida por falta de personal de enfermería, cardiólogo o anestesiólogo cardiovascular.
Veinte por ciento de las muertes en Venezuela se deben a infartos o problemas cardiovasculares, que siguen siendo la principal causa de muerte en el país.
Mientras la demanda crece, la oferta de centros de salud públicos que realizan cirugías cardiovasculares ha disminuido. El primer trasplante de válvula cardíaca que se hizo en Venezuela ocurrió en el año 54 en el complejo hospitalario El Algodonal.
Hoy, la realidad es distinta en este centro pues desde hace años están inactivos los servicios de Cirugía Cardiovascular y de Hemodinamia.
María Yánez, miembro de la Sociedad Médica de El Algodonal, precisa que hay solo un cirujano cardiovascular y no hay instrumental ni infraestructura para realizar operaciones de este tipo.
«Deberíamos contar con una terapia intensiva con más camas y hoy solo tiene cinco». La crisis se extiende al servicio de cardiología, que llegó a tener siete cardiólogos, pero ahora solo tiene uno (se jubilaron y no se contrataron nuevos especialistas).
Este hospital carece de personal para hacer pruebas especiales o no invasivas como la de Holter, o una prueba de esfuerzo y esos equipos se han deteriorado. El servicio de Hemodinamia dejó de funcionar hace 4 o 5 años y nunca se reactivó y la unidad de ecocardiografía está inactiva.
En el Clínico Universitario ya están dando citas para el año que viene en el servicio de Hemodinamia (cateterismo cardíaco y periférico), pues los cupos para lo que resta de 2013 ya están copados. Este centro realiza entre 1.200 y 1.500 cateterismos al año.
En el caso de las cirugías de corazón programadas, la espera se puede prolongar hasta por seis meses. El sábado pasado Fernando, de 55 años, cumplió cuatro meses ocupando una cama en el servicio de Cirugía Cardiovascular del Universitario.
Tiene tres arterias coronarias obstruidas en 70% y teme que la espera pueda empeorar su diagnóstico.
Como él, unas 40 personas, entre hombres y mujeres, aguardan hoy por cirugía cardiovascular en los pisos 2 y 3 del servicio. Casi todos esperaron un año o dos para conseguir un cupo o cama y luego aguardan entre 3 y 4 meses para subir a quirófano por falta de insumos, equipos dañados o problemas con los quirófanos.
Los pacientes costean algunos materiales. Fernando tuvo que comprar unas grapas (small titanium clips) que necesitan para su intervención quirúrgica y cada paquetico cuesta Bs 670.
Hoy hay más de 500 personas con afecciones coronarias esperando una cama de hospitalización en el Clínico para poder operarse. La situación es similar en el hospital Pérez Carreño y el Militar, los otros dos centros públicos que, junto al Clínico, realizan cirugía cardiovascular y hemodinamia.
En el hospital de Los Magallanes de Catia hay un solo cirujano cardiovascular que opera cuando puede (intervenciones vasculares periféricas no centrales).
Las limitaciones son muchas para hacer estas cirugías pues requieren de equipos e insumos especializados con los cuales este centro de salud no cuenta (monitores, válvulas prótesis).
El servicio de Cirugía Cardiovascular del Vargas en la práctica está inactivo. Operan un paciente a la semana o cada 15 días (intervenciones periféricas de arterias no centrales).
Hay un cirujano cardiovascular, dos adjuntos y una residente, pero ameritan un perfusionista. También faltan equipos e insumos especializados para estas afecciones.
El hospital Domingo Luciani abrió el servicio de Hemodinamia hace dos meses, pero estuvo más de diez años sin hacer estos procedimientos.
En el área de Cardiología también se han sentido retrasos en la llegada de materiales importados como catéteres diagnósticos y terapéuticos, guías de angioplastia, balones, stent (malla con la que se hace la angioplastia), según explica Humberto Casal, cardiólogo intervencionista del Hospital de Clínicas Caracas.
«Hay una gran dificultad porque se han impuesto muchas trabas para la importación. La más reciente es el certificado de No Producción Nacional que emite el Milco y que a veces tarda entre dos o tres meses. Esto se une a los trámites con Cadivi para obtener dólares y luego el proceso para la nacionalización de los productos en la aduana. Todo termina siendo un embudo para las casas importadoras, que ahora tienen menos material en stock», explica Casal.
En la unidad de cardiología invasiva hay equipos complejos a los que por ejemplo se les daña una tarjeta y pueden pasar entre 45 y 60 días para que llegue el repuesto. Casal asegura que estos retrasos se han acentuado en los últimos tres meses.
«En el área de Cardiología Intervencionista hemos tenido que ayudarnos entre las diferentes clínicas si alguna no dispone de algún material o instrumento que otra sí tiene».
20 de cada cien personas mueren en Venezuela a causa de enfermedades del corazón. 2 mil 602 personas fallecieron a causa de enfermedades del corazón en el Distrito Capital, según el anuario de mortalidad que publicó el Ministerio de Salud en 2010. 4 meses y en algunos casos más esperan los pacientes del servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario de Caracas para ser operados. (Delia Meneses, El Universal, 19.09.13)