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En la Sociedad Anticancerosa, en San José, se hacen entre 15 a 20 mamografías al día VICENTE CORREALE
En un país donde se diagnostican 40 casos de cáncer de seno por cada 100 mil venezolanas, las mujeres tienen cada vez más dificultades para realizarse una mamografía, el estudio más exacto para la detección y diagnóstico de lesiones.

En los hospitales del Área Metropolitana de Caracas, a excepción del Oncológico Padre Machado, donde las citas puedan tardar varias semanas, no es posible hacerse una radiografía de este tipo, pues los equipos están inoperativos.

Hace más de un año el mamógrafo del Hospital Universitario de Caracas se encuentra fuera de servicio. En El Algodonal, el equipo se dañó hace siete años y en el Vargas está inactivo hace más de una década. En el hospital Luis Razetti, centro de referencia a escala nacional en oncología, desde 2013 no se practican mamografías y actualmente ningún otro examen de imagenología. Tampoco se pueden hacer pesquisas de tumores en el Magallanes de Catia ni en el Materno Infantil de Caricuao.

El pasado 19 de octubre se celebró el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. En Venezuela esta enfermedad constituye la primera causa de muerte por neoplasias, en mujeres, seguida por el cáncer de cuello uterino y pulmón. De acuerdo con las más recientes cifras oficiales, solo en 2012 fueron diagnosticadas 5.063 mujeres con cáncer de seno y ese año 2.078 perdieron la vida a consecuencia de la enfermedad.

El coordinador del registro de cáncer del Ministerio de Salud, Luis Capote, reconoció que el sistema de atención sanitaria carece de un programa formal para la pesquisa y tratamiento; y explicó que en su lugar existen medidas puntuales que buscan atender a parte de la población que va a las consultas. Según Capote, se requieren unos 50 mamógrafos en el Área Metropolitana para el diagnóstico de lesiones en centros ambulatorios. «La evidencia actual demuestra que mujeres entre 50 y 75 años son las más vulnerables». Agregó que MinSalud intenta adecuarse a las normas internacionales para brindar atención oportuna.

Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Sociedad Venezolana de Mastología, advirtió que también algunos centros privados han tenido limitaciones para reponer repuestos en sus equipos. «La carencia de mamógrafos, aunada a la inexistencia de una cultura de prevención y de programas de pesquisa, dificulta el diagnóstico temprano de la enfermedad», aseguró Rodríguez.

Loretta Di Giampietro, expresidenta de la Sociedad Venezolana de Oncología, descarta el autoexamen como un método de prevención eficiente, pues indicó que cuando las personas se palpan alguna lesión ya deja de ser un hallazgo precoz. En lugar de ello recomienda practicarse estudios digitales de mamografía; una herramienta de la cual carecen los hospitales públicos.

La ausencia de opciones en la red de salud pública obliga a las pacientes a recurrir a las clínicas y especialmente a las fundaciones donde el examen se realiza a precios accesibles. El centro de salud Santa Inés, de la UCAB, cuenta con un equipo de tomosíntesis, el nuevo protocolo para la detención temprana de cáncer de mama. Allí se atienden 30 personas al día y el estudio cuesta Bs 1.100. En la Sociedad Anticancesora, en San José, se practican entre 15 a 20 estudios diarios. El normal bilateral tiene un costo de Bs 800 y Bs 1.000 cuando la paciente tiene prótesis.

En su clínica de Las Acacias, Plafam realiza mamografías a precios solidarios (Bs 600) y la Clínica Dispensario Padre Machado en Montalbán cobra Bs 685 por el estudio, que en una clínica puede costar entre 4 mil a 8 mil Bs. Todos estos centros actualmente tienen dificultades para adquirir placas radiográficas (los proveedores carecen de inventario) por lo que los resultados se entregan en CD y solo se imprimen cuando se visualizan lesiones.  (El Universal, Julio Materano y Delia Meneses)

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