A Sujey José Mejías Artiles, de 17 años, un coctel medicinal que le inyectó una doctora cubana casi la mata. La mezcla de dipirona con difenhidramina para calmar un dolor menstrual ahora la tiene en una cama de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Cabimas Adolfo D’ Empaire. Su estado es crítico.

La situación llegó a oídos de la responsable del hecho, identificada como Acrialis Guerra, médico general y profesora de la carrera. Ella, en compañía de los miembros de la junta interventora del programa de salud, llegaron al hospital y se pusieron a la orden con la familia, pero con la condición de trasladar a la adolescente hasta la clínica PDVSA Sur en Lagunillas y de mantener el caso bajo perfil. Sus padres se negaron.

El hecho ocurrió en el consultorio de un Centro de Diagnóstico Integral ubicado en el sector 26 de Julio, parroquia San Benito de Cabimas, donde imparten clases de la carrera de Medicina Integral Comunitaria.

La joven, estudiante de la carrera,  acudió a sus clases en el lugar, como cada día, pero con dolencias en su vientre. Al llegar le comentó a una de sus profesoras y esta, sin vacilar, le inyectó los calmantes. Minutos más tarde se complicó.

«La niña se desvaneció y ella lo que hizo fue enviarla a la casa.  A las pocas horas se sintió peor, hasta el punto de desmayarse y no reaccionaba. Tuvieron que reanimarla», manifestó su progenitor, Énderson Mejías.

Sujey, al parecer, sufrió una crisis alérgica. A las 1.00 de la tarde comenzó a convulsionar y la llevaron hasta el ambulatorio Federación I. Allí la refirieron de emergencia al hospital. «Según el informe médico las convulsiones son por la liga de los medicamentos. Mi hija pudo morir y nadie ha querido dar la cara».

Asustados

La situación llegó a oídos de la responsable del hecho, identificada como Acrialis Guerra, médico general y profesora de la carrera. Ella, en compañía de los miembros de la junta interventora del programa de salud, llegaron al hospital y se pusieron a la orden con la familia, pero con la condición de trasladar a la adolescente hasta la clínica PDVSA Sur en Lagunillas y de mantener el caso bajo perfil. Sus padres se negaron.

«Responsabilizamos a la profesora de todo lo que le pase a mi hija. Ellos tienen que hacerse responsables. ¿En manos de quién pusieron la salud de Venezuela?».

La familia Mejías vive en el sector 8 de la urbanización Los Laureles en la localidad. Mañana pondrán la denuncia en la Fiscalía.

Casos impactantes

El caso de Blanca de Medina lo denunciaron en la oficina de Atención a la Víctima de la Fiscalía del Ministerio Público del Zulia en el año 2005. La dama viajó a Cuba con la esperanza de recuperar la vista a través de la misión Milagro y regresó en un ataúd, con acta de defunción incluida.

Aliria Medina de Yajuri, de 55 años, quedó parapléjica después de haber recibido tratamiento de quimioterapia en la isla de Cuba, según sus familiares de manera equivocada, y murió tres meses después de volver a la ciudad.

Otros casos que conmocionaron la opinión pública fueron el de Nelson Delgado, de 54 años, quien murió al ser operado de cataratas; y el de Jesús Esteban González, de 65 años. También falleció en su intento por mejorar su sistema óptico. (Yéssica González, La Verdad, 22.06.12)

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