malaria

Doce instituciones académicas y de salud se han unido para alertar sobre la epidemia de malaria que vive Venezuela. Con 148.670 casos hasta el 27 de agosto, el acumulado ya supera el total registrado en 2015 y representa un retroceso de 75 años.

Los casos de malaria en Venezuela parecen no tener un techo. Mientras casi la totalidad de los países latinoamericanos han reducido progresivamente las infecciones desde el año 2000, el país petrolero va en dirección contraria.

En 2012 el Ministerio de Salud reportó 51.050 casos de paludismo o malaria en el país, en 2013 la cifra se elevó a 78.643, en 2014 llegó a 89.822 y el año pasado finalizó con 136.402. A pocos días de finalizar el octavo mes del año ya los registros superan el total de 2015. Van 148.670 casos de malaria según cifras oficiales no divulgadas, pues desde julio de 2015 el despacho de Salud no publica la información epidemiológica nacional.

 Los datos fueron presentados por el doctor José Félix Oletta, exministro de Salud, miembro de la Red Defendamos la Epidemiologia Nacional, acompañado de un panel de especialistas representantes de 12 instituciones académicas y de salud que decidieron unirse para dar a conocer la situación.

“Durante todo el año hemos estado en epidemia”, precisó Oletta, quien detalló que semanalmente se están reportando entre 3.000 y 5.000 casos de malaria en el país. La cifra acumulada hasta el 27 de agosto de 2016 representa un aumento de 72% con respecto al mismo período (semana 34 del año) de 2015.

 En 16 de los 24 estados del país hay casos confirmados de malaria y 14 de ellos están en epidemia por la cantidad de diagnósticos acumulados. Más puntualmente, en 78 municipios del país hay transmisión activa de la enfermedad, causada por parásitos del género plasmodium que son transmitidos por mosquitos Anópheles.

El estado Bolívar,  específicamente el municipio Sifontes, sigue siendo el foco que concentra la mayor cantidad de malaria en el país, casi 80% del total de casos ocurren allí (acumula 118.320 del total de 148.670) y hacen que el estado sea el responsable de que la enfermedad haya llegado a localidades donde la transmisión autóctona se había erradicado. En lo que va de año, 18.805 casos han sido exportados del estado Bolívar al resto de Venezuela.

Las otras entidades con más diagnósticos de paludismo o malaria son Amazonas (11.229 casos), Sucre (9.249), Delta Amacuro (5.067) y Monagas (3.043). Extraoficialmente se maneja la información de 46 personas fallecidas por esta enfermedad en lo que va de año.

 “Esto pone en peligro el desarrollo nacional, pero también es un peligro para los países vecinos”, expresó Oletta. Lo que está convirtiendo a la epidemia de malaria en un problema de salud pública de palabras mayores es la escasez de medicamentos para tratarla.

 El exministro informó que actualmente los inventarios están casi en cero, el Ministerio de Salud ha estado recogiendo los medicamentos que quedaban en estados con menos afectados o sin tradición malárica para llevarlos a Bolívar, donde está el foco más grande de la epidemia, y se han ido agotando.

Carlos Walter, director del Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), indicó que desde el Ministerio del Poder Popular para la  Salud (MPPS) les ha llegado la información sobre la escasez de este tipo de medicamentos y la advertencia de que no será sino hasta noviembre que pueda arribar al país un lote importante de antimaláricos, pues el Estado venezolano realizó una compra tardía al Fondo Estratégico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Frente a esta situación, con una epidemia desbordada y tratamientos casi inexistentes, Oletta precisó que el año pudiera culminar con 348.285 casos de malaria, entre las nuevas infecciones y las recaídas (aquellos que se enferman de nuevo por no completar el tratamiento).

Riesgo para el continente

Del total de casos importados de malaria que recibe Brasil de sus países vecinos, 78% provienen de Venezuela, mientras que en el caso de Colombia y Guyana, Venezuela les aporta 81% de las infecciones que registran de otras naciones.

 “Mientras nosotros recibimos de Brasil 46 casos de malaria, nosotros les damos 2.100. Venezuela es el foco de malaria más importante del continente. Solo dos países de la región no han controlado la malaria: Haití y Venezuela”, informó Oletta.

 En el primer caso, el país antillano ha aumentado 10% sus registros de paludismo entre 2000 y 2014, mientras que en Venezuela el incremento ha sido de 205% en ese mismo lapso, según datos contenidos en el documento de trabajo Plan de Acción Eliminación de la Malaria 2016-2020, que se discutirá en dos semanas en Washington, en el 55° Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud.

 “Esto debe ser motivo de preocupación”, agregó Oletta.“En el año 2000 Venezuela tenía el 2% del total de los casos de malaria del continente y ahora casi 50%. Hemos aumentado 28 veces el número de casos que teníamos en el año 2000”.

 El problema no es sencillo, la malaria en Venezuela ha aumentado con el auge de la minería ilegal, se acumulan años de carencias en el Programa contra la Malaria del  MPPS que impiden hacer prevención, no hay mosquiteros impregnados con insecticidas, ahora no hay medicamentos contra la malaria, el Servicio de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar), planta del Estado que en años anteriores producía varios medicamentos, tiene año y medio sin producir cloroquina, uno de los fármacos indicados para esta enfermedad parasitaria. Y además, el país está “insolvente” y tiene una deuda incluso con la OPS en el pago de medicamentos que importan a través de sus programas especiales.

Unos 400.000 venezolanos están en riesgo de contraer malaria, más de 2.200 embarazadas han recibido el diagnóstico positivo este año y 30% del total de afectados son indígenas.

 “La malaria puede llegar a ser una enfermedad potencialmente mortal. Esto es más importante que la cumbre de los Países No Alineados, que nos cuesta 200 millones de dólares; nosotros con 20 millones de dólares podemos resolver esta situación”, expresó el doctor Oletta.

 Emergencia de salud pública nacional e internacional

 Las doce instituciones académicas y de salud suscribirán un documento que harán llegar a organizaciones mundiales, internacionales y nacionales, como el Ministerio del Poder Popular para la Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Fondo Mundial para la lucha contra el VIH/sida, la Tuberculosis y la Malaria, entre otros; también a unos 60 grupos vinculados con la salud y a todos los ministros o secretarios de Salud que participarán en la reunión número 55 del Consejo Directivo de la OPS , detalló Carlos Walter.

 Las instituciones venezolanas que lo suscribirán serán la Academia Nacional de Medicina, el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la Fundación Venezolana para el Avance de la Ciencia (FUNDAVAC), la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU), la Red Venezolana de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela, la Sociedad Venezolana de Salud Pública, la Sociedad Venezolana de Infectología, la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, la Sociedad Venezolana de Parasitología, La Asociación Venezolana para la Conservación de Áreas Naturales (ACOANA), la Red Defendamos la Epidemiología Nacional, y el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS).

 Los especialistas anticipan que durante más de 6 meses la falta de medicamentos antipalúdicos o antimaláricos exacerbará la morbilidad (cantidad de casos) y la mortalidad (cantidad de fallecidos) por malaria. Por ello advierten que la situación debe calificarse como una “emergencia grave de salud pública, nacional e internacional”.

 “La epidemia de malaria existente en Venezuela puede hacer retroceder los logros nacionales de seis décadas, y los logros regionales de la última década, en la prevención y eliminación del paludismo”, sentenció el exministro de Salud, José Félix Oletta.