oncológicoPérezCarreñoLos equipos de radioterapia que están funcionando en los pocos hospitales públicos que brindan atención oncológica en el país están colapsando ante la demanda de pacientes.

Enfermos de oriente, occidente, los llanos y los Andes llegan a Caracas en busca del tratamiento con la esperanza de salvarse, pero al entrar a los centros de salud capitalinos se encuentran con la trágica noticia de que los aceleradores lineales no funcionan.

En Caracas, los equipos de los hospitales Padre Machado y Domingo Luciani son los que reciben mayor demanda de pacientes (120 por día), luego de que en el Clínico Universitario la máquina dejara de funcionar desde hace casi un año.

Unas 2 mil personas esperan por radioterapia. Los aceleradores lineales se recalientan, porque sobrepasan los 70 usuarios diarios reglamentarios. Médicos denuncian que pacientes pasan por un vía crucis porque en el país no se aplica una política de salud pública

En el «Militar» Dr. Carlos Arvelo funciona, pero constantemente sufre desperfectos; al igual que en el Dr. Luis Razetti donde a pesar de que hay un acelerador lineal y una bomba de cobalto, ambos no tienen un ritmo constante.

La grave situación de los equipos no solo ocurre en la capital del país. La demanda de pacientes provenientes del interior se debe a que en las regiones no están funcionando.

En Valencia, el servicio de radioterapia del hospital Miguel Pérez Carreño no está prestando servicio desde marzo, luego de que al acelerador lineal se le dañaran algunas piezas.

Ante las denuncias de médicos, quienes advierten que está en riesgo la vida de los pacientes con cáncer, el gobernador Francisco Ameliach nombró una comisión para agilizar la compra de los repuestos y se espera que a finales de agosto se reactive.

Pedro Martines Latuff, oncólogo del hospital Luis Razetti en Caracas, lamenta que los pacientes deban pasar por «un vía crucis» para recibir el tratamiento porque en Venezuela no se está ejecutando una política de salud pública.

Además, a los equipos comprados en el convenio con Argentina se les venció la garantía y el gobierno nacional no ha firmado nuevos acuerdos con empresas que proveen repuestos y personal que le realice mantenimiento.

Advirtió que la cantidad de pacientes que utilizan las pocas máquinas que están en funcionamiento hace que el equipo colapse y que no tengan un tiempo de descanso para el mantenimiento de rutina.

Diariamente un equipo puede funcionar para unos 80 casos, pero ante la crisis hospitalaria de 100 a 120 pacientes reciben la radioterapia.

No se deben sobrecargar 

Juan Eloy Montenegro, presidente de la Sociedad Venezolana de Radioterapia (SVR), explicó que los aceleradores lineales pueden ser utilizados para aplicar radioterapia hasta 120 pacientes, «pero no es recomendable». Después de diferentes estudios, el oncólogo explicó que no se deben tratar más de 70 pacientes diarios.

«Estos son equipos demasiado complejos, más que un avión y si pones a 120 pacientes para la noche el equipo estará recalentado».

Los equipos que funcionan de manera intermitente, para Montenegro, se deben calificar como dañados. La razón se debe a que cuando los equipos funcionan con 6 u 8 pacientes al día rápidamente se recalientan, por lo tanto los médicos deben esperar a que se enfríen para que nuevamente les apliquen radioterapia a los otros pacientes que esperan su turno.

Esta situación ocurre en Caracas en los hospitales Razetti y el Militar; mientras que en el Central de Maracay, Pérez Carreño de Valencia, Instituto Oncológico de Occidente en Maracaibo y el Central de San Cristóbal, no funcionan porque los equipos necesitan mantenimiento y la compra de piezas.

En Nueva Esparta aquellos que son diagnosticados con cáncer y requieren aplicarles radioterapia, deben salir de la isla porque el servicio en el Dr. Modesto Rivero González no ha sido inaugurado, y la población tiene tres años esperando a que el acelerador lineal que se compró a través del convenio con Argentina esté operativo.

El problema no solo se debe a que el servicio debe abrirse, sino que la máquina no funciona por tener tantos años guardada en caja.

Ante este panorama, los centros de Salud en la capital del país Padre Machado y Domingo Luciani están colapsados porque atienden pacientes del interior, además de aquellos que son remitidos del Clínico Universitario, Razetti y Militar.

Montenegro duda que a finales de agosto ya entre en funcionamiento el acelerador lineal en el Pérez Carreño, ya que la pieza debe comprarse en Holanda y hasta la fecha aún no ha sido adquirida, calcula entonces que en todo el país unas «dos mil personas o más esperan por el tratamiento».

Nueva Tecnología 

A Venezuela llegó el miniacelerador lineal, un nuevo equipo que produce ondas de muy baja energía en casos con cáncer de mamas.

La máquina se utiliza al terminar la cirugía donde se extrae el tumor y mientras el paciente se encuentra aún dormido se le aplica una dosis completa de radioterapia alrededor de la lesión durante unos 35 minutos.

El miniacelerador Intrabeam, mejor conocido como radioterapia intraoperatoria, fue creado en Alemania en el año 2004 y funciona en la Unidad de Mastología y Atención Integral a la Mujer, ubicado en Barcelona, estado Anzoátegui.

Iván González, director médico de la institución, explica que los pacientes que no necesita quimioterapia, estarán completamente tratados y sólo necesitarían los chequeos post operatorios, con una reincorporación más rápida a su rutina cotidiana, menos complicaciones y menor agresión a la piel y músculos, pues se aplica directamente alrededor de la lesión en la entidad, después de varios años sin aplicar radioterapia, en el hospital Luis Razetti se normalizó el servicio en la unidad oncológica.

La inversión en el centro de salud brindará atención a muchos pacientes que no tienen cómo cancelar el servicio en la clínica antes mencionada.

En los llanos, la Unidad de Radioterapia Oncológica Dr. Ramón Millán de San Juan de Los Morros está colapsada. Muchos de los pacientes esperan meses para ser atendidos porque su situación económica no les permite cancelar el tratamiento en instituciones privadas.

El seguro no da 

La crisis ha llevado a que muchos acudan a la medicina privada, luego de pedir colaboraciones o donaciones a empresas.

Algunos consultan con pólizas de seguros, pero en la mayoría de los casos la cobertura no supera los 60 mil bolívares y al ser intervenidos quirúrgicamente, en la mayoría de los pacientes, se consume toda la póliza. Sin contar que cada radioterapia tiene un costo dependiendo de la ubicación del tumor.

El pago que deben cancelar para el procedimiento está entre 60 y 80 mil bolívares, dependiendo del centro de salud privado en el que se encuentren.

Lo más preocupante de la situación es que cuando le suministran solo de 10% a 40% del tratamiento el cáncer continúa avanzando, a diferencia de aquellos que reciben la dosis por encima del 80%, donde la enfermedad se está combatiendo.

Modelos

Bomba de Cobalto: permite un tratamiento localizado y en zonas profundas, sin embargo los demás órganos pueden estar expuestos a la radiación.

Acelerador Lineal: produce poca radiación dispersa lateralmente, lo que permite la irradiación de tumores vecinos a órganos y tejidos sensibles sin dañarlos. Miniacelerador lineal: es una nueva tecnología con radiación directa a los tejidos del tumor primario.

Equipos en todo el país 

27 entre Bombas de Cobalto y Aceleradores Linares
17 provienen del Convenio Venezuela-Argentina
8 dañados
10 trabajan con fallas
1 espera ser instalado
1 pendiente por calibración. (Ana María López, Diario Tal Cual, 16.08.13)

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