Seis refugios albergan a 621 varguenses, en su mayoría niños, quienes llevan de 7 meses a 8 años a la espera -algunos hasta una década- de obtener una solución habitacional.

Así, en los refugios de Iberia (Carayaca), Casa Comunal La Veguita (Macuto), el galpón 17 de Montesano, el edificio Nicolasito, en Pariata, la Casa Comunal de Las Salinas y en un edificio de la Ciudad Vacacional Los Caracas, 124 familias esperan el traslado definitivo a su nuevo hogar, mientras padecen a diario la degradación de vivir en un refugio.

«La impotencia y la rabia son quizás los sentimientos que más nos acompañan. Nos prometieron apartamentos en Carayaca, luego nos dijeron que seríamos los primeros en vivir en la Ciudad de Los Indios. Pasó el gobierno de Rodríguez Sanjuán y ahora el de García Carneiro y las respuestas son las mismas: paciencia, que esperemos, que ya nos van a trasladar y, mientras, nuestros hijos crecen en esta rudeza, sin agua, con pésimos servicios, enfermedades en la piel, muchos ni siquiera están escolarizados. Lo peor es que si reclamamos nos llaman desagradecidos», cuenta Ángel Brache, quien tiene 6 años con su esposa y sus hijos en el refugio Iberia, donde comparte espacio con otras 29 familias.

En otros espacios como el refugio de Pariata, donde están 14 familias desde hace 7 años, y en el galpon 17 de Montesano, hogar provisional, desde hace 7 meses, de 28 familias, la paciencia parece agotarse. En la última semana han protagonizado diversas protestas por viviendas.

«Es facilito decir que uno espere, porque quienes lo dicen no viven en la miseria, no conviven con ratas pasándote por los pies. No saben lo que significa no tener nada. Para buscar nuestros votos sí somos buenos, pero para tener un apartamento en el aeropuerto somos unos tierrúos. Yo quiero decirle al presidente Chávez que siempre cumplo con él y por única vez quiero que cumplan conmigo», dice Olga Brito, desde el destartalado galpón varguense.

A raíz del traslado de 107 familias de Marapa, El Piache, a los apartamentos del urbanismo Maiquetía las familias de los refugios litoralenses también quieren respuesta. Por lo pronto el Gobierno regional se comprometió a concluir una obra paralizada en el sector El Pozo en la vía a Carayaca y ver la posibilidad de que Minvivienda retome los desarrollos habitacionales paralizados en Playa Grande y Solidaridad Litoral. (Nadeska Noriega, El Universal, 04.10.10)

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