Archivo

“Se van a ahogar, párense”. Fue el grito de alerta que lanzó Rebeca Hernández a su familia, cuando vio que las aguas ya estaban debajo de su cama.

El río Guanipa estaba desbordado por todo el caserío San Miguel a la altura de Puente Amarillo, al sureste del municipio Freites.

Eran las 10:00 pm del sábado cuando las nueve familias que habitan el pequeño poblado comenzaron a abandonar sus casas ante la crecida del afluente sureño. El agua entró a las viviendas y establecimientos. Se estima que alcanzó casi un metro de altura.

Los torrenciales y constantes aguaceros que han caído sobre las cabeceras del río provocaron que el agua se rebasara hasta 30 metros, según informó Jimmy Evans, jefe de Operaciones de Protección Civil del municipio Freites.

El funcionario reportó que las nueve familias quedaron damnificadas, y entre ellas hay 27 adultos, 15 niños y cinco adolescentes.

Indicó que cuatro grupos familiares buscaron albergue en casas de parientes, pero el resto se quedó en el lugar y deberán pernoctar en la escuela del caserío de Barbonero, que está localizada a unos cinco kilómetros de San Miguel.

PC solicitó a la Alcaldía de Freites colaborar con el envío de agua potable, colchonetas, termos con hielo, vacunas y fumigación.

Casas bajo el agua

Los residentes de San Miguel que salieron de sus casas improvisaron una especie de campamento a la orilla de la carretera, donde armaron fogones y colgaron hamacas.

Allí colocaron los objetos que iban trayendo los hombres y muchachos que se zambulleron en las aguas y entraron a las casas para tratar de recuperar sus pertenencias.

El caserío San Miguel se ubica al lado de un balneario del mismo nombre. Sus habitantes se dedican a la venta de empanadas, arepas, cervezas y refrescos a los bañistas que disfrutan del río. Otros crían gallinas, cochinos y siembran patilla o maíz.

Elio Hernández, quien lleva 30 años viviendo en el lugar, contó que desde la tarde estaban en alerta porque veían cómo el nivel del río iba creciendo.

“En la noche observamos que el agua se metía a las casas y comenzamos a ayudarnos unos a otros. Salvamos algunos colchones, neveras y ventiladores, pero el río se llevó muchas cosas”, contó.

El expendedor portugués, Joao Do Santos, relató que apenas pudo sacar la cama para la orilla. “Ante la arremetida de la naturaleza y las bajas ventas, prefiero volver a mi tierra”.

Los afectados se niegan a mudarse para a el refugio, porque temen que si abandonan sus moradas, los ladrones se apoderarán de lo poco que les queda. Optaron por irse a casa de familiares.

Afluente sureño

El río Guanipa se ubica a 260 metros de altitud en el borde occidental de la mesa de Guanipa, al oriente de Cachipo. Tiene una longitud de 340 kilómetros. En las mesas de los estados Anzoátegui y Monagas atraviesa diversos campos petroleros y caseríos.

Siete salones de clase tiene la escuela de la comunidad indígena de Barbonero. La vocera del consejo comunal de esa población, Ana María Maita, dijo que en el local se puede atender a los damnificados del caserío San Miguel. (Argel Fernández, El Tiempo, http://www.eltiempo.com.ve/noticias/default.asp?id=343944)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *