Estacionamientos, áreas recreativas, escuelas y hospitales son obras que deberían acompañar las construcciones de la Gran Misión Vivienda Venezuela, pero hasta ahora son escasas o inexistentes.
Nelson Rodríguez, viceministro de Vivienda y Hábitat, reconoció que hace falta equipamiento, en torno a las construcciones de la misión y afirmó que será atendido una vez que se haya resuelto el déficit de viviendas que hay en el país.
“Estamos dando una respuesta dentro de las prioridades. La misión no se va cuando se termina un urbanismo; se queda para producir, entonces, los equipamientos que esa comunidad requiere. Hay que verlo como un proceso, no como una cosa terminada”, afirmó Rodríguez.
El viceministro señaló que en el país hay un déficit de 3 millones de viviendas y especificó que resta construir 16.000 apartamentos para llegar a la meta de 500.000 viviendas.
Aclaró que el equipamiento se irá desarrollando en la medida en que la comunidad que viva en los edificios se organice e identifique sus necesidades.
Nelson Rodríguez dio las declaraciones en una mesa redonda realizada en el Museo de Arquitectura en la que también participaron Juan Pedro Posani, director del Musarq –que hizo las funciones de moderador–; Lucas Pou, director de Proyectos de la Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales; Paola Posani, presidente de la Fundación Caracas; Zulma Bolívar, presidente del Instituto Metropolitano de Urbanismo; Alberto Lovera, profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, y Josefina Baldó, responsable del programa de habilitación de barrios que se implementó en el país en 1999, 2000 y 2005.
Los asistentes destacaron la oportunidad de estar en un diálogo en el que los participantes tienen visiones opuestas sobre la manera cómo se está implementando la Misión Vivienda.
“Sin equipamiento no hay vivienda”, subrayó Lovera. El arquitecto afirmó que una de las fallas del programa es la falta de información sobre los proyectos, lo que dificulta la transparencia y el ejercer contraloría social.
Zulma Bolívar dijo que la misión se ha desarrollado sin tomar en cuenta las características locales y rechazó la improvisación: “Caracas no sólo es el municipio Libertador. Entre Libertador y las otras alcaldías presentes en el área metropolitana no hay diálogo.
Es insólito que exista la Opppe. Hay duplicidad de funciones con respecto al Imutc. Un doble esfuerzo de dos instituciones que están trabajando en lo mismo, pero yo tengo la razón de la ley”.
Para Bolívar es un error que se implemente la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, y desconocer el esfuerzo previo y los avances realizados por Baldó cuando estuvo en marcha el plan de habilitación de barrios.
Clamor vecinal. Para los habitantes de parroquias como San Bernardino, la ausencia de equipamiento urbano que acompañe las edificaciones se resiente. Una vecina, que prefirió resguardar su identidad, aseguró que es frecuente ver a los nuevos habitantes de la avenida Vollmer reunidos en las aceras.
“Esa construcción redujo, además, un canal de circulación. En la zona todo el mundo está descontento porque eso se ha vuelto un embudo y además hay mucha inseguridad. Después de las 6:00 pm no se puede andar por ahí”.
Juan Carlos Vázquez, habitante de San Bernardino, considera que los edificios de la misión deberían estar acompañados de instalaciones educativas, de recreación y de mayor seguridad.
“Han entregado los edificios incompletos. Los vecinos reclaman que se entreguen con todos los servicios, que haya patrullaje y escuelas cercanas porque deben ir muy lejos para estudiar. La educación es una prioridad”.
La Opppe ha ejecutado 11.000 viviendas durante la misión. Lucas Pou señaló que lo han hecho insertando los edificios en áreas subutilizadas en zonas de la ciudad que ya cuentan con servicios. Indicó que hay que repensar las ordenanzas que rigen la planificación urbana de la ciudad, que se ha visto deteriorada por la acción de constructoras privadas.
Las Cifras
483.843 viviendas han sido construidas por la Gran Misión Vivienda Venezuela en 32 meses. 64% han sido fabricadas con el apoyo de las comunidades.
4.500 familias permanecen en refugios luego de las lluvias que afectaron el país a finales de 2010.
46.906 viviendas han sido construidas por el sector privado en el tiempo que lleva el programa en ejecución.
