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Cuarenta familias que habitan en condiciones críticas en el sector Las Angustias, Catia La Mar, reclaman ayuda urgente de la Gran Misión Vivienda.

Entre los afectados figuran damnificados del deslave de 1999, que, a pesar de haber asistido a las mil y una inspecciones y censos, no reciben, hasta la fecha, una respuesta para ser reubicados.

“Luego de la tragedia de 1999 estuve en el refugio de la almacenadora Caracas y cuando lo desalojaron me quedé en la calle con mi familia, porque no quise ir a otro estado”, contó la vecina María Peñalver.

Añadió que desde 2003 vive alquilada y, actualmente, como no posee los recursos para comprar la casa que arrienda (Bs 180 mil) le piden desalojo. La angustia es terrible.

Una situación similar sufre Rosa María Fuentes, quien está alquilada en la misma zona.

“Vino en una pieza con mi hijo, que presenta mal estado de salud. Hay filtraciones por todos lados y las paredes están agrietadas. Pago mil bolívares mensuales y no me alcanza la plata”, relató la mujer. “En mi caso no pido que me regalen nada, sólo que me adjudiquen una vivienda, porque en realidad la necesito”, manifestó Fuentes.

Gestiones. El resto de los habitantes de Las Angustias también ha metido papeles y más papeles en Min-Vivienda, Ivivar y la gobernación. Califican los trámites de pérdida de tiempo, ya que gastan dinero en fotocopias y en traslados sin lograr ser incluidos en alguna lista de beneficiarios.

Prioridad. Tienen, además, cientos de constancias selladas por los bomberos y Protección Civil alertando sobre las condiciones de los inmuebles. Soralki Márquez, una joven embarazada cuya casa da al margen de la quebrada Tacagua, asegura vivir en una bomba de tiempo.

“Los bomberos han venido varias veces a verme”, dijo. El rancho de Verónica Padilla, que ni baño tiene, ha sido inspeccionado dos veces por los rescatistas. “Prometieron más viviendas para la gente de Vargas, pero es puro cuento. En lugar de ayudarnos, la importancia se la dan a los de Caracas”, indicó Peñalver.

Miriam Fernández (vecina) “En la Gran Misión Vivienda nos dijeron que debemos esperar y esperar. En diciembre aseguraron que en enero habría respuesta, pero no sé para qué enero de cuál año”.

Eucaris Hernández (vecina) “Soy damnificada del año 1999. Deberían darnos prioridad, pero nos tienen relegados a un tercer plano. Uno lo que hace es perder tiempo con las diligencias”. (Frank Hernández, Últimas Noticias, 13.01.14)

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