En el municipio Libertador hay un total de 44 refugios permanentes, que albergan, casi 13 mil personas afectadas por las lluvias de finales de 2010.
Pero todavía, a decir de Franco Manrique, coordinador de los refugios, siguen habilitando más espacios, entre ellos, el edificio La Nacional -ubicado en la avenida Baralt-, otro en la calle Los Mangos de La Florida y uno en la calle 9 de La Yaguara, donde tienen pensado reubicar a más familias que saldrán de las zonas de alto riesgo.
Manrique sostuvo que a la par están rehabilitando espacios con los damnificados dentro, para no retardar el proceso de desalojo de algunos preescolares que quedan como refugios temporales.
En esos lugares que denominaron permanentes se estima que las familias estarán un año y seis meses, tiempo en el cual se prevé la construcción de 40 mil viviendas en todo el país, según anunció hace dos días el presidente de la República, Hugo Chávez, quien señaló que ya aprobó 3 millardos de bolívares para tal fin.
Pero mientras se materializa la dicha de tener un techo, los refugiados buscan la forma de adaptarse a la vida en comuna.
Por lo menos en esa onda andan los que están en el Hotel Catedral, ubicado en la Plaza Bolívar, el cual fue expropiado en abril del año pasado.
«No es fácil, pero luego de haberlo perdido todo, nos conformamos con esto. Aquí nos tratan bien. No nos han dicho cuánto tiempo estaremos en este sitio, pero pienso que debemos aguantar», reflexiona Cruz Machado, quien con sus tres hijos llegó al refugio proveniente de Guarenas.
Como él, hay otras 71 familias de diferentes zonas de la capital que ahora, a través del comité de vivienda La Torre Bolivariana, buscan ordenar las zonificaciones y armar los expedientes para tramitar las adjudicaciones de soluciones habitacionales.
Ese edificio, que por más de 50 años funcionó como un hotel con una atractiva terraza, tiene los pasillos iluminados y aseados, no hay ropa colgando de las ventanas ni peroles viejos arrimados en las escaleras. Todo luce en orden y no hay malos olores en los rincones, aunque es cierto que aún le falta acomodo, pues la cocina está en el piso -literalmente- y varias de sus habitaciones fueron dañadas durante el proceso de expropiación.
Pero en definitiva, las personas dicen que es aceptable «para permanecer el tiempo que sea necesario».
A pocos metros de ese refugio, en trayecto diagonal, está el edificio La Francia, también expropiado por la alcaldía. Se rumoró que los pisos serían acondicionados para llevar a más damnificados, pero uno de los guardias que custodia la instalación dijo que sí lo estaban rehabilitando pero para instalar oficinas de la Cancillería, sede que también fue modificada para reubicar a 19 familias perjudicadas por los aguaceros recientes.
04.02.2011 Mabel Sarmiento Últimas Noticias