Todos los derechos humanos son interdependientes, es decir, uno depende del otro, lo que significa que el avance o privación de un derecho afecta al otro. No hay jerarquía para los derechos humanos, todos son importantes. Es así como el Derecho a un Ambiente Sano es tan importante como el Derecho a la Salud, a la Vivienda o a la Justicia.
Como lo señala la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 127 «El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica, los recursos genéticos, los procesos ecológicos, los parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica».
No obstante, esta responsabilidad del Estado, parece no cumplirse a cabalidad, de acuerdo a lo expresado por Aníbal Isturdes, docente en el área de proyectos de educación ambiental e integrante del Comité de Defensa de la Parroquia San José, quien se muestra preocupado por el tratamiento curativo que el Ministerio del Ambiente le está dando al árbol «Samán de la Trinidad», ubicado en la parroquia Altagracia del municipio Libertador, Caracas.
Según Isturdes, al árbol le están aplicando materiales ajenos a su naturaleza como los polímeros. «Este polímero penetra en el corazón del árbol», lamentó.
El docente manifestó que existen materiales orgánicos que pueden sustituir el polímero.
Este árbol, conocido también como «Samán de Güere», fue plantado en 1753 y declarado patrimonio nacional en el 2006 .
Declaraciones de Aníbal Isturdes
Imágenes del árbol Samán