Los habitantes de La Isabelica, al sur de Valencia estado Carabobo, se quejan de la contaminación y racionamiento del agua. Señalan que el agua llega turbia o muy blanquecina, con olores fétidos y emanaciones de vapores que les produce picazón en los ojos, escozor en la piel, carraspera en la garganta y dificultades para respirar mientras se bañan.
A estas condiciones del vital líquido, se suma un severo racionamiento del agua que en algunos sectores se prolonga por 15 días sin servicio.
Cloro y Aluminio en el agua
Según un estudio efectuado en mayo por la organización Movimiento por la Calidad del Agua, el líquido en La Isabelica posee niveles de cloro residual y aluminio muy por encima de lo permitido por los estándares internacionales.
De acuerdo con este estudio, el nivel de cloro es de 3,55 miligramos por litro, 710% por encima de lo recomendado que es de 0,5 miligramos por litro. Por otra parte, el aluminio se ubica en 5,53 miligramos por litro, cuando lo aconsejable es que no exceda de 0,2 miligramos por litro.
Sin embargo, Hidrocentro y el Ministerio del Ambiente niegan que el agua surtida para Valencia tenga tal grado de contaminación, aunque no muestran los resultados de las pruebas. Por otra parte, es un hecho notorio los problemas de bombeo y drenaje en el Lago de Valencia hasta el Embalse Pao-Cachinche, reconocidos por las autoridades.
Los afectados
Williams Martínez, presidente de la Asociación de Condominios de la Isabelica, recoge las quejas de algunas de las 22.000 personas que viven en los 93 bloques de la zona. En total, en el sector viven 70.000 personas, entre los residentes de los bloques y de las casas.
“Hay zonas donde no llega el agua en 15 días o un mes, como en los sectores 6, 7 y 8. Los vecinos nos hablan de problemas en los ojos e intoxicaciones”, indica Martínez.
Hablan los vecinos
“De repente me empiezan a picar los ojos. Me coloco un colirio, pero a los días vuelve la molestia, pero el asunto es casi nunca tenemos”, María Ramírez, habitante del sector 8 de La Isabelica.
Rafael Medina, vecino del sector 11, señala que el problema de la escasez del líquido tiene al menos 8 años y calcula que desde hace 6 años comenzó a presentarse la turbidez y el mal olor.
“Uno observa cómo viene el agua, casi siempre con un color turbio y demasiado olor a cloro. La gente dice con frecuencia que tienen los ojos irritados y que se siente mal del estómago, porque parece que esta agua no es apta para el consumo humano”, expresa Medina.
En este sentido, fuentes vinculadas al sector salud revelaron que en los últimos tres meses los cuadros de diarrea, vómitos y malestares como dolores de cabeza se han incrementado en esta zona. Pero no existen los informes necesarios, (El Nacional, Regiones pág 8, 18.07.10).
Destacados:
Ministerio del Poder Popular para el Ambiente: Agua segura consumen los valencianos (19.07.10)