El Instituto Nacional de Cooperación Educativa INCE fue fundado por ley del 22 de agosto de 1959, gracias a la iniciativa del maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, con el fin de promover la formación profesional de los trabajadores venezolanos, la formación de personal especializado, el desarrollo de programas dedicados a la juventud desocupada y el aprendizaje de los jóvenes trabajadores o aprendices.
Más de 6 millones de venezolanos y venezolanas han sido formados en oficios calificados que redundan en la dignificación de los trabajadores y en el desarrollo de la patria.
Además de su programación ordinaria de Cursos, ha desarrollado las Misiones “Robinson” (Reconocida por la UNESCO en 2004 por haber alfabetizado a 1,5 millones de personas), “Vuelvan Caras”, “Che Guevara”, “Saber y Trabajo”; entre otras. Por eso se le conoce popularmente como la “Universidad del Pueblo”.
En mayo del año 2008 se reformó su ley, cambiando de nombre a INCES, Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista, modificando su objetivo para la ejecución de programas educativos “adaptados a las exigencias del modelo de desarrollo socioproductivo socialista bolivariano”.
Amparados bajo esta normativa, una pequeña élite de dirección decidió este año 2013 borrar de un plumazo los 54 años de historia, trabajo y acción social de la Institución, eliminando los “Cursos de Formación Profesional” para la clase trabajadora del país, sustituyéndolos por “Proyectos Integrales” para el desarrollo de las Comunas, bajo un nuevo esquema al que denominan “el desmantelamiento metodológico e ideológico del INCES.”
Y ciertamente han desmantelado hasta los centros de trabajo donde no se cumplen las condiciones de salud, seguridad y medio ambiente; los talleres, equipos y aulas de los 136 Centros Educativos del Inces se encuentran en su mayoría inoperativos, obsoletos y en franco deterioro por falta de mantenimiento, renovación y por dedicarnos sólo a proyectos en la comunidad, justo ahora que irónicamente fuimos adscritos al Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Hemos desatendido a la juventud desocupada, sector clave para contribuir con la lucha contra el desempleo, el flagelo de la droga, el embarazo precoz y la delincuencia juvenil, a través de su formación en oficios calificados.
El promedio del INCES hasta el año 2005 era de 500 mil egresados. En 2012 bajó a 220 mil, y al mes de agosto de 2013 la cifra de participantes ronda apenas los 39 mil, según informó el Presidente del INCES en el programa “Contragolpe” de VTV (16/08/2013).
Esto sin contar los altos índices de deserción. También admitió que debíamos deslastranos del concepto de “empleo”.
Por eso nos preocupa que un contexto de crisis mundial y desafíos económicos nacionales, se abandone la lucha contra el desempleo, se elimine la modalidad de Cursos y la profesionalización gratuita de los trabajadores tal como lo prevé la LOTTT.
A lo interno del INCES, miles de Facilitadores quedaron desempleados. Otros laboran bajo un régimen de precarización laboral. Se incumplen derechos y beneficios laborales de la convención colectiva vigente; concursos de ingreso y ascenso; tercerización; dotación de uniformes y su indemnización; estabilidad laboral; dignificación de sueldos, salarios y pensiones; seguro H.C.M. insuficiente; bonificaciones contractuales; acoso laboral; respeto a la libertad sindical y a la participación de los trabajadores.
Las Autoridades del INCES se niegan al diálogo y al aporte que puede ofrecer este Sindicato legitimado en el año 2012 con el voto directo y secreto de más de 5.000 trabajadores y trabajadoras.
Desde SINTRAINCES reiteramos nuestro apoyo al impulso de las comunidades pero sin eliminar los cursos para la clase trabajadora venezolana. Nuestra propuesta siempre ha sido que ambas modalidades, Cursos y Proyectos, puedan coexistir como programas simultáneos, sin que la implementación de uno implique la eliminación del otro.
Además de la necesaria discusión de los beneficios contractuales y de las políticas de Recursos Humanos contrarias al espíritu, propósito y razón de la convención colectiva.
Reiteramos una vez más que no puede haber solución del empleo, trabajo decente, salario digno y políticas públicas de desarrollo y justicia social en el país, si continúa el desmantelamiento del ente fundamental de formación para el trabajo.
No puede haber gobierno obrerista, si le quitamos la herramienta de superación a los trabajadores y trabajadoras de Venezuela: El INCES.
EL COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL Y SUS 25 SECCIONALES
¡DERECHO QUE NO SE DEFIENDE, DERECHO QUE SE PIERDE!