La misión especial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), designada por el Consejo de Administración, llega al país este lunes para constatar las denuncias de violaciones a las normas internacionales del trabajo suscritas y ratificadas por Venezuela.
La visita se da a propósito de la petición del sector empleador, la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) por violaciones a la libertad sindical.
La misión tiene un mandato definido por el Consejo de Administración, principalmente para examinar los problemas de la queja 2.254 (caso Fedecámaras presentado en 2003), pero su presencia no excluye la posibilidad de abordar las violaciones a la libertad sindical denunciadas por las organizaciones de trabajadores.
Originalmente Fedecámaras había solicitado la aplicación del artículo 26 de la Constitución de la OIT, la cual contempla la creación de una comisión de encuesta en el marco del procedimiento más solemne e importante de la organización.
La delegación de empleadores, sin embargo, no encontró apoyo en esa solicitud y en su lugar se decidió una misión de alto nivel.
Se trata de la quinta visita que hace una misión especial del organismo internacional con el propósito de resolver y servir de intermediario en el diálogo tripartito, sobre el cual se presume la comisión insistirá por la eliminación de este espacio en la Ley Orgánica del Trabajo, Trabajadores y Trabajadoras (Lottt).
La visita de la misión había sido rechazada en el último período del presidente Hugo Chávez; y en las últimas contestaciones a la Comisión de Libertad Sindical, la delegación venezolana ha rechazado todos los alegatos expuestos por las organizaciones sindicales.
Su presencia en el país supone la disposición del Gobierno a resolver los pendientes en materia de libertades, o a limpiar su imagen en el escenario internacional dado el incremento de las quejas interpuestas por las delegaciones de trabajadores y empresariales.
La gravedad de las denuncias, como detenciones a dirigentes y sicariato, y el último mandato de Registro de Organizaciones Sindicales, han colocado a Venezuela al nivel de países como Bielorrusia, Zimbawe, Myanmar, permanentes violadores de los convenios laborales universales.
Esta vez la delegación tripartita está conformada por el sindicalista belga Luc Cortebeck; Victoria Marina del Consejo de administración y representante de los Gobiernos-OIT; Daniel Funes de Rioja y Roberto Suárez representantes empresariales (OIE) y Juan González Olaechea y Cleopatra Doumbia (Ejecutivos OIT).
Las organizaciones sindicales enviaron esta semana una comunicación a la misión en la que piden la modificación de la agenda elaborada por el Gobierno, la cual sólo contempla dos horas de reunión con los representantes de los trabajadores.
El origen de la misión
En el 2003 la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) denunciaron la marginación y exclusión de los gremios empresariales en el proceso de toma de decisiones, excluyendo así el diálogo social, el tripartismo y de manera general la realización de consultas.
La queja de la delegación de empleadores incluyó denuncias de injerencia del Ejecutivo para favorecer a determinadas organizaciones de empleadores, detención de Carlos Fernández el 19 de febrero de 2003 sin preservar las garantías del debido proceso, así como actuaciones de grupos paramilitares violentos -con apoyo gubernamental- contra instalaciones de una organización de empleadores y contra las acciones de protesta de Fedecámaras.
La queja incluye el despojo y ocupación de fincas sin seguir los procedimientos legales y la aplicación de un sistema de control de cambios decidido unilateralmente, por las autoridades, discriminando a empresas integradas en Fedecámaras en las autorizaciones administrativas para la compra de divisas extranjeras. (Clavel Rangel, Correo del Caroní, 27.01.14)