Los trabajadores de Orinoco Iron protestaron este martes una vez más en exigencia de un contrato colectivo justo.
La marcha partió del portón principal de la empresa briquetera, ahora llamada Briquetera del Orinoco, y llegó hasta los quioscos de CVG Alcasa en la avenida Fuerzas Armadas -a una cuadra de la fábrica- a las 9:00 de la mañana.
Es la segunda manifestación que emprenden los trabajadores desde que la discusión del contrato llegara a su fase final, hace tres semanas.
Con pancartas y panfletos, los trabajadores reclaman los “chanchullos” que, temen, puedan estar haciendo las directivas de los sindicatos Sutrametal y Sintraori, ambos de corriente oficialista.
El vocero del Movimiento 13, Orangel Palma, reiteró que están cansados de las “mentiras”.
Tras seis años de nacionalización, el Gobierno y los dos sindicatos discuten la convención colectiva en condiciones que para los afiliados son “paupérrimas”. “Estamos unidos, resteados y arrechos. No permitiremos un contrato chimbo, ya basta de burlas, exigimos respeto, no migajas”. ¿Firma? Unión de Trabajadores Arrechos (UTA), según suscribieron en cada una de las pancartas.
La movilización es la primera en mucho tiempo. Desde que la empresa fue nacionalizada en 2009, y se produjeron los primeros despidos en 2011 por las denuncias sindicales, el movimiento laboral había estado callado.
Pese a todo, expuso Palma, la situación ha llegado a un punto de quiebre. “Los trabajadores no soportamos más esta situación”, dijo en referencia a los bajos salarios, los más bajos del sector briquetero, y las condiciones inseguras en planta.
“La empresa quiere dividir”
Como telón de fondo, el personal rechaza la oferta de Bs.85 de aumento de salario a la firma del contrato que ha propuesto la empresa y que ha confirmado el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Orinoco Iron (Sintraori), Alirio Guillén.
De acuerdo con el dirigente, solo falta la discusión de siete cláusulas económicas: aumento de salario, retroactivo, asistencia perfecta, bonificación por asignación de vivienda, llamada intempestiva por urgencia y domingo ordinario.
En lo que respecta a la cláusula salarial, además de los Bs. 85, el Ejecutivo ha propuesto el pago de Bs. 60 sobre el salario diario en forma semestral para completar los 24 meses de la convención colectiva.
Guillén rechazó que la empresa ahora se retracte. “Más que todo el malestar de los trabajadores es porque el presidente de la empresa, Wilfredo Villarroel, se puso a divulgar y que él tenía Bs. 350 en la firma del contrato, ahora sale con Bs. 80”, reclamó Guillén.
Para el secretario general, la intención de la empresa es dividir a los trabajadores del sindicato para tomar ventaja en la negociación contractual. Este martes en la tarde, sin embargo, las partes se reunirán nuevamente para escuchar la contraoferta del Ejecutivo.
Guillén cuestionó que tras más de un año paralizados y una vez reactivadas las operaciones, los empleados no hayan sido compensados por su esfuerzo.
Los protestantes, por su parte, anunciaron que seguirán marchando hasta tanto logren una justa discusión de contrato que compense los seis años sin ajuste de beneficios.
Aunque el personal reactivó las operaciones y activó dos trenes de producción, la oferta salarial de la empresa se mantiene
