El 16 de julio el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera Orinoco (Sintraferrominera), Rubén González, deberá asistir nuevamente a juicio.

El proceso, anulado el 3 marzo de 2011 luego de que lo condenaran a siete años y seis meses por haber representado a los trabajadores en una protesta, se reiniciará dos días antes del comienzo de la campaña electoral en Sintraferrominera.

Esta vez la audiencia no será en Ciudad Guayana, sino a 676 kilómetros de distancia, en Caracas, en el Juzgado Vigésimo Cuarto de Primera Instancia bajo la responsabilidad de la juez Blanca Pacheco.

González, acusado de los delitos de  agavillamiento, instigación a delinquir, restricción de la libertad al trabajo y violación de la zona, está convencido de que -hoy más que nunca- éste será un juicio del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en contra de la libertad sindical

“¿Por qué? Porque no me les arrodillo y no me le voy a arrodillar a la injusticia porque la injusticia no puede ser”, dijo el secretario general desde el portón I de Ferrominera Orinoco (FMO), donde seis trabajadores mantienen una protesta desde hace 60 días.

Acompañado de los secretarios generales Henry Arias (Sintralcasa), Edgar Valentine (Sintrabauxilum), Emilio Campos (Sutracarbonorca), directores laborales  y trabajadores de Venalum, Tavsa, Alcasa y la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), el dirigente decretó la defensa de los derechos laborales “en el campo que sea”.

En su opinión, los discursos “politiqueros” de los “esquiroles” (traidores) no van a confundir a los trabajadores, “porque no va a perder Emilio Campos, Rubén González o Henry Arias, vamos a perder todos los venezolanos”.

González cuestionó el sectarismo de quienes gobiernan y recordó que la dirigencia sindical no está “porque nos puso un partido sino los trabajadores (…) El 7 de octubre, gane quien gane, esta va a ser nuestra posición: defender los intereses de los trabajadores”.

Confianza obrera
Mientras González presidía la rueda de prensa, los seis trabajadores despedidos de FMO levantaban sus manos con cadenas desde la locomotora emblema de la estatal.

Aunque el pronunciamiento se trataba de su causa, por la que estuvo privado de libertad 17 meses sin un juicio, el dirigente se refirió a sus compañeros calificados.

“Me están haciendo un juicio sencillamente por representar a los trabajadores. Bueno, lo seguiré haciendo, seguiré representando a los trabajadores porque para eso estamos aquí”.

Ante la cercanía de las elecciones sindicales el 27 y 28 de julio, postergadas hace un año, González está “seguro” de que los trabajadores le apoyarán. “Los ferromineros no son masoquistas, ¿van a votar por quienes le están metiendo terrorismo, los que los botan y amedrentan, patronales, gobierneros y esquiroles?”.

El dirigente concluyó que la pelea es “contra un poder que no quiere resolver el problema de las empresas, sino lucrarse de cada una de estas para cada uno de sus negocios”.

Contra todos
Consecuencia de la pugna dentro del buró oficial, es el incumplimiento en el pago de los salarios en Bauxilum, Carbonorca y Tavsa, expuso el secretario general de Sintrabauxilum, Edgar Valentine.

La crónica de la muerte anunciada, como le calificó, es parte de la desinversión, los desaciertos en las gerencias y la lucha de poderes por el control de las fábricas por el PSUV.

“Yo quisiera escuchar a los compañeros de Venalum que no hubiesen cobrado hoy, o los de Alcasa. ¡Ah! Pero no les pagan las facturas a Bauxilum, eso es una ricura, así cualquiera dirige una empresa”, burló.

Siendo realistas, dijo Valentine, Bauxilum sobrevive es gracias a los barcos que despacha a las transnacionales como Glencore.

“Aquí el gobernador, Marcano, José Ramón Rivero, toditos andan pasando factura”, dijo el dirigente de Pijiguaos porque, en opinión de Emilio Campos, se trata de un modelo de gestión que “no entiende la democracia (…) Están yendo a lo que nosotros le decimos al desclasamiento y están pasando a ser gerentes radicales del patrono”.

Ante eso, dijo Valentine, las bases de los trabajadores se están movilizando: “Rubén González no está solo”.

“¿Cómo se explica que si hay socialismo y marxismo que los trabajadores de Carbonorca no hayan cobrado, que criminalicen la protesta de los ferromineros y Rubén González? ¿Cómo se explica Hugo Chávez, patrono y jefe de este país, que Rubén González vaya a un juicio que ya terminó? ¿Cómo se explica un gobierno de los trabajadores donde no se discutan las convenciones colectivas?”, Emilio Campos, secretario general de Sutracarbonorca.

60 días de silencio oficial

Uno de los seis trabajadores despedidos de Ferrominera Orinoco, Jesús Pérez, fue atendido de emergencia el sábado en la noche tras 60 días en el portón de la fábrica.

Según el secretario general, Rubén González, sospechan que se trata de una apendicitis causada por la mala atención y alimentación que reciben los trabajadores durante la protesta. (Clavel Rangel, Correo del Caroní, 09.07.12)

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