El anuncio de la sentencia de 7 años de prisión y seis meses para el secretario general de Sintraferrominera, Rubén González, “enfrió el guarapo” de quienes este lunes se preparaban para recibir con bombos y platillos al también funcionario público y ex candidato a alcalde.

En Ciudad Piar, la ciudad que ha visto crecer a este líder de los trabajadores del hierro, amaneció con una niebla de tristeza que impidió algún tipo de reacción manifiesta. En los portones de San Isidro y Cerro Bolívar también había una tensa calma tras el anuncio que mantuvo a los empleados -seguidores del secretario- molestos e indignados.

Además de la rabia y la sensación de que se cometió una injusticia trabajadores comentaban, fuera de las entrevistas, que un profundo temor estaba enquistado en ellos a raíz de la detención de González y el incumplimiento de los acuerdos que el presidente de la estatal Radwan Sabbagh hizo aquel agosto del 2009 cuando se dio la finalización del paro de 16 días.

Intenso dolor

Por su parte la familia de Rubén González permanecía desconsolada, sus 4 hijos y 5 nietas lamentaban la ausencia del dirigente en el hogar, donde todos conviven en la capital del municipio Angostura, antes Raúl Leoni.

Yadid de González, la esposa del dirigente, quien ha sido cautelosa a la hora de hablar del caso, manifestó que la decisión del Tribunal Sexto de Juicio en lo Penal, fue eminentemente “política”.

“Todo iba bien, quienes estaban adentro comentan que la jueza cambió de repente, no nos esperábamos esto porque él es inocente. De hecho nos llevamos a mis nietas porque teníamos la esperanza de que saliera, fueron 70 testimonios contra 5, la verdad estamos desconsolados y hacemos un llamado al presidente Chávez porque si es necesario yo con documentos en mano le demuestro la inocencia de mi esposo, pero esto no se puede quedar así”.

Con más de 32 años al lado de González, Yadid defiende a su cónyuge sin dudas, entendiendo que el haber liderado la huelga de 16 días en Ferrominera es parte de su oficio como dirigente sindical que ejerce desde hace casi dos décadas.

“Rubén trabaja desde los 12 años, él es de Anzoátegui y yo de Sucre, desde los 14 años estoy con él, ha sido un hombre ejemplar. Ha trabajado en varias empresas, vivimos primero en Puerto Ordaz hasta que nos vinimos a Ciudad Piar y comenzó trabajando en FMO de obrero, limpiaba baños, hasta que aprendió a soldar y se formó una profesión y aún teniéndola lo maltrataban a él y a otros compañeros, por eso surgió su interés por el sindicato para luchar en contra de eso, porque lo marginaban mucho”.

Huella afectiva

En el plano familiar la detención del líder de FMO ha dejado huella. Una de sus nietas inclusive no puede concentrase en el colegio y ha estado muy afectada por ver a su abuelo tras las rejas.

“Con la llegada, al fin, del juicio la convencimos que debía esforzarse más en el colegio porque ya su abuelo regresaría, pero con esta noticia no sabemos, ella no asimila lo que está pasando y las maestras han notado que no está bien, es una situación muy dura, él es un hombre que a pesar de estar comprometido con su trabajo siempre estuvo pendiente de sus hijos, si les dolía algo, si necesitaban algo y como vivimos todos juntos”, el vínculo es mucho más estrecho, reseñó.

Desde conocerse la sentencia que obliga a González a cumplir 7 años y seis meses de prisión lo único que piden sus allegados es justicia. “Yo estoy segura que esto es político, quedó claro en el juicio, por eso le pido a este gobierno porque lo gobiernos están para defender a las familias, y no lo ha hecho con nosotros, que nos permita demostrarle la inocencia de Rubén”.

Injusticia

Ernesto García, 8 años de servicio en FMO. “Hoy nos sentimos consternados por la decisión de la ciudadana juez, que consideramos injusta, porque se trata de un hombre luchador, de un hombre del pueblo. Hay un descontento total en todas las áreas, estamos esperando las reacciones, pero hasta ahora no sabemos nada más”.

Ramón Figueroa, 5 años de servicio en FMO. “Estamos muy descontentos, porque el Sr. Rubén González estaba dando una lucha por unas reivindicaciones que todavía nos adeuda la empresa. Estamos muy descontentos porque se trata no sólo de un trabajador, sino un hombre muy querido en todos lados, siempre estábamos pendiente de él”.

Carolina Gamboa, nuera de Rubén González. “He notado todas las injusticias que se han cometido contra él, pero no queda otra que echar para adelante. Cada día este gobierno nos demuestra que no tiene nada bueno, me siento indignada por lo sucedido porque a pesar de que hay pruebas de su inocencia, no se hace nada”.

Rubegni González, hija menor del dirigente sindical. “Mi familia se ha visto muy afectada con esto, sabemos que mi papá es inocente y por eso nos sentimos mal, nunca fueron tomadas en cuenta las personas que fueron a declarar, no entiendo por qué esperaron que pasaran tantos testigos para no valorarlos, nos hicieron esperar de un lunes al otro lunes… pero seguimos confiando en Dios, hay que luchar por lo que queremos, eso me enseñó papá”.

Yunior Mejías, trabajador de FMO. “Es muy lamentable que la juez haya tomado esa decisión porque no puede ser posible que un señor honesto electo en el sindicato esté preso por haber acompañado a una huelga hecha por los trabajadores y la juez sólo tomó en cuenta para su sentencia a 5 testigos de la alta gerencia de la empresa. Hago un llamado al gobierno porque están engañando a todos y el Presidente debe voltear la mirada a Guayana”. (Natalie García, Correo del Caroní, 02.03.11)

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